El arte pictórico tiene la capacidad de sacudirnos, de romper nuestros esquemas, de llevarnos a mundos imposibles… de emocionarnos en dos dimensiones. También de aterrorizarnos y acompañarnos a lugares oscuros de nuestra memoria, de nuestro pasado o a los temores que nos acechan. Es lo que ocurre con estos cuadros, que podrás ver expuestos en los museos madrileños. Un plan, arty pero terrorífico, para este Halloween.
1. ‘Torre de cráneos’, The House of Mayhem
The House of Mayhem: la senda del caos es una versión oscura, misteriosa, performática, para disfrutar del arte. En el interior de este lugar desconcertante y lleno de oscuridad, terror (y algún que otro susto), encontramos las obras del ilustrador fantástico por excelencia de nuestro país: Josep Segrelles. Sobre él se han escrito ríos de tinta allende nuestras fronteras. Guillermo del Toro, por ejemplo, no pierde la oportunidad de mencionar a Segrelles como una de sus principales influencias.
Entre su extensa producción, destaca Torre de Cráneos, un encargo para el libro Los muertos mandan, de Blasco Ibáñez. De Segrelles es la frase: “Mi gran ilusión de siempre ha sido y es la de crear a fuerza de alma”. Con este trabajo, podríamos añadir que también a fuerza de hueso. Un osario piramidal, una tétrica acumulación de huesos, el fin del fin lleno de polvo y oscuridad.
Una oscuridad que continúa por las salas de este espacio (ubicado en el Centro Comercial Moda Shopping) en el que te rodearás de Segrelles… y de criaturas recién salidas de tus peores pesadillas. Una experiencia artística solo apta para valientes.
📍Centro Comercial Moda Shopping (Avenida del General Perón, 38-40)
2. ‘Saturno’, Museo del Prado
La mitología es así: dura, sanguinolenta, implacable. Una manera de educar, infundir respeto (y miedo) a través de macabros relatos que, habitualmente, remataban con algún rapto (sutil nombre para las violaciones), sacrificio o asesinato.
La sala 067 del Museo del Prado contiene una de las obras más espeluznantes del imaginario colectivo. Saturno devorando a su hijo es una de las catorce escenas de las Pinturas Negras de Goya. Negras y apesadumbradas como el alma del pintor en el momento de su creación (en verdad, cualquiera de estas 14 pinturas podría estar en este reportaje). En este caso, una escena caníbal y filicida: el dios Saturno (Cronos) devora a su hijo llevado por el miedo a ser destronado.
📍Calle de Ruiz de Alarcón, 23
3. ‘Unos cuantos piquetitos’, Casa de México
Frida Kahlo supo plasmar, como nadie, el terror de la violencia machista en un cuadro. Lo hizo con Unos cuantos piquetitos, una obra llena de salpicaduras de sangre, en el que un cuerpo femenino desnudo se dispone en grotesca postura. Todo en una habitación llena de color que guarda la más brutal violencia.
La Casa de México de Madrid recoge en la exposición Frida Kahlo: alas para volar, 31 obras originales y 91 fotografías de la artista mexicana que se pueden disfrutar hasta el próximo 30 de noviembre. Entre ellas, este cuadro sobresale por su ultraviolencia. Lo que vemos en un asesinato machista, una reinterpretación de una noticia que ella leyó en el periódico en 1934. Curiosamente, coincide en el tiempo con el descubrimiento de la deslealtad de su marido Diego de Rivera con la propia hermana de Kahlo… Lo demás, puras conjeturas.
📍Calle de Alberto Aguilera, 20
4. ‘David con la cabeza de Goliat’, Thyssen-Bornemisza
Llegamos hasta el Museo Thyssen-Bornemisza, a la sala 12 donde se expone David con cabeza de Goliat, obra de Valentin de Boulogne. Con esta obra cambiamos la mitología por la religión y, en este caso, el retrato de un pasaje del Antiguo Testamento de la lucha de David contra Goliat. En el cuadro, vemos la cabeza del gigante filisteo (Goliat) tras haber sido decapitado por David, quien le combatió con sus ropajes de pastor. Más vale mañana que fuerza… y astucia que tamaño.
📍Paseo del Prado, 8
5. ‘El secreto del cortejo’, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Ceci n’est pas une pipe. René Magritte juega con la percepción, con lo visual, con el engaño y la ironía. Pero en este caso, se adentra en el misterio, oscurece sus colores y propone un inquietante cuadro en donde las sombras y la duda lo invaden todo.
¿Qué son esas figuras blancas? ¿Es el alma? ¿Es un fantasma? ¿Es humo? El secreto del cortejo es, quizás, una de esas grandes desconocidas entre las pinturas del belga. Ubicada en la sala 202, su significado sigue siendo un misterio (como le habría gustado a Magritte). Toca sacar, cada uno, sus conclusiones.
📍Calle de Santa Isabel, 52