Sobre el complejo de piscinas más grande que ha tenido la ciudad de Madrid, ubicado en el distrito de Carabanchel, se levantará un nuevo barrio con 130 viviendas públicas. Es el resultado del Pleno del Ayuntamiento de Madrid en el que se ha aprobado este martes una significativa transformación de los terrenos sobre los que se ubicaban las piscinas de San Miguel, en Opañel.
Esta modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1997 supone la creación del área Antiguo Estadio San Miguel en una parcela de más de 25.000 metros cuadrados. De esa extensión, aproximadamente la mitad se utiliza desde 2016 como una instalación deportiva privada.
Es en el espacio restante –la parte de la parcela ubicada entre las calles de la Verdad, Josefa Fernández Buterga, Zarco Hermanos y el cementerio de San Lorenzo y San José– donde no solo está prevista la construcción de vivienda protegida pública (VPP), sino también la de otros equipamientos.
Nueva zona verde, equipamientos y comercios

Este proyecto, que desde el Ayuntamiento capitalino señalan que «revitalizará Opañel, impulsará su transformación social y económica y completará el tejido urbano», contempla otras actuaciones como la creación de zonas comerciales de pequeña superficie.
También incluye una nueva zona verde que conectará con las existentes en el perímetro hasta el parque de Comillas. Con ello se pretenden conseguir mejoras como una integración de más calidad con la valla del Cementerio de la Sacramental, entorno declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
La transformación de este barrio de Carabanchel supondrá una dotación de 399 plazas de aparcamiento, 5.613 m² de zonas verdes, 1.000 m² reservados para equipamientos y 1.791 m² destinados a la red viaria.
Las piscinas de San Miguel: de sitio de recreo al abandono

Los terrenos sobre los que se va a construir este nuevo barrio en Carabanchel fueron en los años 60 (y durante cuarenta años) el mayor punto de recreo para los vecinos del sur de Madrid y uno de los más icónicos de la época en la capital: el complejo de piscinas de San Miguel.
A este espacio, que disponía de cuatro piscinas para adultos y dos para niños, acudían los madrileños de entonces a refrescarse. Cabe destacar además que, por normas de las Hermandades del Trabajo –asociación católica a la que pertenecía la propiedad– mujeres y hombres no compartían espacio de baño: dos de las piscinas y la pradera eran de uso exclusivo femenino, aunque sí se permitía el acceso de los niños para jugar.
Las instalaciones estaban equipadas además con una cancha de baloncesto y otra de fútbol, zonas de juegos recreativos y una cafetería. Sin embargo, con el paso del tiempo fueron cayendo en desuso y se acabaron demoliendo en el año 2000.