Parece poco cuestionable que los desayunos frugales no son materia del típico desayuno madrileño. Los churros con chocolate o el pincho de tortilla lo atestiguan. Pero la gastronomía de la capital también acoge sabores del mundo, y si hay uno que ha dado que hablar últimamente, es el desayuno campeón de Perú.
El streamer Ibai Llanos revolucionó las redes con su «Mundial de Desayunos», y el ganador absoluto fue el pan con chicharrón peruano. Y nuestro trabajo ha sido profundizar en esta competición y buscar qué sitio de Madrid prepara un desayuno peruano a la altura de las circunstancias.
Así Se Asa: el templo del chicharrón en Madrid
El local en cuestión se llama Así Se Asa y, aunque quizás el nombre te suene a pollos asados (que también tienen), su verdadera joya es la cocina peruana. Está ubicado en la calle de Federico Gutiérrez, 11, cerca de la parada de metro de Pueblo Nuevo. Es un sitio de barrio, auténtico, de esos que guardan un secreto a voces.
El protagonista es, por supuesto, el pan con chicharrón. No es un bocadillo cualquiera; es una bomba de sabor «tan simple como efectiva». La preparación tiene su miga: primero, cogen el chicharrón (panceta de cerdo jugosa, para quien no sepa) y lo cocinan lentamente durante unos 45 minutos. Una vez está tierno, lo fríen en aceite hasta que queda perfectamente dorado y crujiente por fuera.
Pero el secreto de un buen bocadillo está en el equilibrio. El pan es casero, tierno pero resistente. Sobre la base, colocan unas generosas láminas de boniato frito, que le dan ese toque dulce que contrasta de maravilla. Encima, el chicharrón recién hecho. Y para coronar, una «salsa criolla», que no es salsa como tal, sino una cebollita morada encurtida con aromáticas, especias y un toque de limón.
Si vas a desayunar, prepárate, porque la ración es de las que hacen historia. Como bien dice nuestro reportero Pedro Pineda, si desayunas allí, «como mínimo te ahorras el almuerzo«. Lo mejor, claro, es el pack completo: por solo 10 €, te llevas el bocadillo, un jugo de frutas natural y un «cafelazo» que es de casi medio litro.