Es difícil no referirse al éxito de Nacho Carretero (La Coruña, 1981), tras hablar con él, sin pasarlo por la pátina del sueño americano: de no tener (literalmente) un euro en la cuenta a que tu libro se adapte a todos los formatos posibles.
La historia de Fariña (Libros del KO) es insólita porque resulta imposible imaginar una trayectoria similar en ningún otro libro de publicación española. Es tan sui generis su situación que genera incluso un Efecto Mandela (una confabulación compartida por muchas personas). A saber, “el libro no lo conocía nadie hasta el embargo judicial”. Craso error: la serie estaba a punto de estrenarse y Fariña había vendido varias decenas de millares de ejemplares.
Así, tras pasar por novela gráfica, por las televisiones de muchísimos hogares españoles, estar secuestrado judicialmente o ser traducido a distintos idiomas, Fariña llegó al teatro de Madrid. Primero a Matadero y después a Cofidis Alcázar.
La obra no deja de atraer gente y evidencia dos cosas, uno, la cultura puede ser y es segura, y dos, la gente está más ahíta de espectáculos teatrales que nunca. La obra de teatro de Fariña no llegó para quedarse y se quedó. O se quedará. Por lo menos hasta el 11 de abril. El escenario principal del teatro Cofidis Alcázar es, hasta esa fecha, un lugar de vodevil, de interacción con el público, de música en directo, de monólogos, de humor, de drama, de aprendizaje. Es una embajada gallega en Madrid.
Fotos: Angel Biyanueba