Montejo de la Sierra, enclavado en plena Sierra del Rincón, a una hora de Madrid, es uno de los pueblos más bonitos y mejor conservados de la región. Su casco histórico sorprende por la arquitectura tradicional de piedra y madera, calles empedradas y una plaza mayor donde se ubica la fuente de los Tres Caños —inaugurada por Clara Campoamor en 1927—, rodeada de tabernas y terrazas ideales para disfrutar del ambiente serrano.
Entre sus monumentos destaca la iglesia de San Pedro In Cathedra, un templo barroco con artesonado mudéjar y retablos renacentistas. Muy cerca está la ermita de la Soledad, del siglo XVI y, a dos kilómetros, la de Nazaret, ambas perfectas para rutas cortas de senderismo.
El Hayedo de Montejo: bosque Patrimonio Natural de la Humanidad
El mayor tesoro de Montejo de la Sierra es, sin duda, el Hayedo de Montejo, el único bosque de hayas de la Comunidad de Madrid y uno de los más meridionales de Europa. Este hayedo, con sus 250 hectáreas de hayas, robles y fauna autóctona, fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1974 y Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 2017. El mejor momento para visitarlo es el otoño, cuando los colores de las hojas se vuelven rojos y ocres.

Para preservar este entorno, las visitas están limitadas y siempre guiadas. Hay que conseguir entrada gratuita a través de la web oficial de la Sierra del Rincón (www.sierradelrincon.org), disponible los días 1 y 16 de cada mes para las dos quincenas siguientes. Si no se obtiene plaza, ya que están muy solicitadas, existe la posibilidad de acudir al Centro de Información el mismo día e intentar acceder mediante los pases de último minuto, aunque es recomendable madrugar.
La Senda del Río es la más popular y accesible: un recorrido lineal de unos 2,2 km que discurre junto al río Jarama entre hayas centenarias, helechos y un denso sotobosque, ideal para familias o principiantes. La Senda de la Ladera, de dificultad media, asciende suavemente permitiendo vistas panorámicas del valle y mostrando la transición de hayas a robles y acebos. Por último, la Senda del Mirador ofrece un trazado circular y la experiencia más completa, con una duración de unas dos horas y media para quienes quieren adentrarse más en la biodiversidad del hayedo.