El primer show en España de Rockin’1000 presented by Ballantine’s, la banda más numerosa del mundo, tendrá lugar en Madrid en los estertores de esta primavera. No podía ser otra ciudad: Madrid siempre será puro rock, sobreviviendo a modas, tendencias, estilos.
Las guitarras eléctricas siempre resonarán en algún que otro garito de la ciudad. De hecho, la urbe está plagada de historia del rock y de lugares que trazan un mapa peculiar por este género. Arrancamos.
La estatua de Ángeles Rodríguez, la “abuela rockera” de Vallecas
En los años 80, década de la explosión mundial del heavy, el grupo madrileño Panzer publicaba su disco Toca Madera. En portada, una adorable abuela de sonrisa pícara que levantaba la cornamenta con orgullo, muñequera de pinchos, chupa de cuero. Era Ángeles Rodríguez.
La historia de esta argentina de nacimiento, pero gata de corazón, empieza en los garitos rockeros de Madrid. A ellos entraba ataviada de rockera para acompañar a su nieto a conciertos de bandas como Barón Rojo, Obús, Topo, Leño… Pero también empezó en la radio: Ángeles llamaba continuamente al programa La radio de las sábanas blancas de Radio 5 para preguntar por las bandas del momento y acabó como colaboradora en las ondas.
Como forma de recordar esta figura icónica y evitar que cayese en el olvido, en 1994 (un año después de su muerte) se plantó una estatua en la calle Peña Gorbea, un busto financiado por bandas como Ñu o Asfalto y amigos de Rodríguez. Sin duda, el inicio de ruta que necesitamos.
La calle AC/DC
¿En qué lugar del mundo se encuentra la primera calle dedicada a la banda australiana? En Leganés. Ahí es nada. Corría el año 2000 cuando, para conmemorar la renovación de la Cubierta de Leganés, el por entonces alcalde socialista José Luis Pérez Ráez tuvo una iluminación: inaugurar una calle dedicada a AC/DC y llamar a los mismísimos hermanos Young (Angus y Malcolm) para su estreno. Ojo al maravilloso vídeo rescatado por la comunidad de fans de AC/DC en España, pura mitomanía.
Situada en los aledaños de la Cubierta (venue épico de la ciudad que ha acogido conciertos de gran calado como Deep Purple o Alice Cooper y festivales como el Festimad), los vecinos acudieron en masa para poder ver y recibir algún autógrafo de los eternos rockeros. Eso sí, todo fue felicidad salvo por el susto previo: horas antes de la presentación alguien robó la placa de la calle.
No en vano, este robo se produjo de forma continuada durante meses, incluso años, hasta que el Ayuntamiento de Leganés decidió vender, como souvenir, las placas a quien las quisiese. Hoy en día, la placa luce y reluce a una altura considerable para evitar la acción de manos ajenas.
Paseo de John Lennon
La trágica muerte de John Lennon el 8 de diciembre de 1980 provocó una serie de homenajes espontáneos por todo el globo a la figura del artista en nombre de la paz y la unidad. Uno de esos gestos llegó a Madrid de la mano de los alumnos del colegio Monserrat, que dedicaron un mural improvisado situado en las proximidades de la escuela.
Al año siguiente, en el primer aniversario del asesinato del Beatle, el alcalde Enrique Tierno Galván inauguraba en esa misma ubicación el paseo de John Lennon. De esa inauguración no se conserva el mural, pero sí el canto de los pájaros (estorninos, carboneros, petirrojos…) en una de las vías verdes más tranquilas del centro de la ciudad. Y también una anécdota: cuando Tierno Galván rebautizó como Lennox a Lennon en su discurso. Cosas del rock…
Los heavies de Gran Vía
Los hermanos Alcázar llevan décadas «instalados» en el número 25 de la Gran Vía. Una forma de protesta silenciosa que reivindica la desaparición de la mítica tienda de discos Madrid Rock. Nacida en 1981 en la capital (en la calle San Martín, 3), su éxito fue tal que acabó proliferando con un par de locales más en la capital y otros en diversas localidades del país.
En la década de los ’00 llegaron los cierres. Por aquel entonces, el gerente de la cadena culpó al pirateo, a la llegada de las nuevas tecnologías y al top manta del declive de Madrid Rock. Sin embargo, la duda de la especulación ya asomaba…
Así, el mítico templo de la música de la Gran Vía cerraba para abrir otra tienda de una reconocida marca de ropa de fast fashion. Desde entonces, los Alcázar siguen ahí, rondando la Gran Vía. Siendo la imagen rock del Madrid más rock que ya no existe en el número 25, pero que pervive en ellos y en otros locales y garitos de la ciudad.
Los bares que mantienen el espíritu
Al igual que Madrid Rock, una serie de clásicos de la ciudad que respiraban este género en cada grieta de la pared desaparecieron (hablamos de iconos rebeldes como el Hebe en Vallecas o como el templo de la Movida, el Rock-Ola).
Pero Madrid es lo que tiene: hay espacio para todos y lugares en los que el rock resiste y se disfruta noche tras noche. Destacamos tres en los que, además de buenas noches de cervezas, baile y cornamenta, también hay conciertos en directo para disfrutar lo mejor del rock underground.
Wurlitzer Ballroom
Cerca de ese famoso 25 de Gran Vía se encuentra la sala Wurlitzer, un lugar para los conciertos de los géneros del rock (emo, screamo, punk, garage…) y para escuchar música en todas sus formas.
Fun House Music Club
En Chamberí se encuentra otro de los ya clásicos, el Fun House, casa de bandas emergentes, pero también de grupos internacionales que encuentran aquí su lugar. Un imprescindible.
Rock Palace
Y un poco más allá, en Delicias, el estudio de grabación Rock Palace guarda una sala de conciertos en donde se celebran presentaciones de discos, giras de grupos de toda índole rockera y eventos tan divertidos como el Brunch in the Punk.
Rockin’1000 presented by Ballantine’s
Todavía no se ha celebrado, pero ya podemos confirmar que marcará otra muesca en esta cartografía espacio-temporal del rock en Madrid. Los grandes éxitos de las bandas más representativas del género atronarán a lo grande y más fuerte que nunca el próximo 3 de junio en el Cívitas Metropolitano.
Rockin’1000 presented by Ballantine’s es la reunión de mil músicos que aman la música rock. Es también un concierto único, inusitado, rompedor, un espectáculo magnánimo: en el escenario (en el gran campo del estadio) cientos de baterías, bajos, voces… orquestados por diferentes maestros de ceremonias que organizan cada instrumento. Desde las gradas, una visión total del show y la emoción de disfrutar de himnos de bandas épicas como Metallica, Nirvana o The White Stripes.
Todo empezó en Cesena (Italia) con un reto viral (reunir a un millar de rockeros) para llamar la atención de Foo Fighters; y ahora, tras viajar por medio mundo, Madrid será escenario de la mayor banda del globo demostrando que el Rock’n’Roll sigue corriendo por sus venas.