A la pregunta de qué hacer en Chamberí, la respuesta necesita el suficiente desarrollo como para entender que este es uno de los barrios de Madrid que más se transforma sin perder su esencia castiza. Alejado del bullicio turista y con las terrazas al borde del colapso, en calles como Ponzano, pero sin la parte de fiesta constante de Malasaña, ni el estoicismo de Salamanca, Chamberí vive un equilibrio que le hace estar entre los barrios más atractivos y por ende, también más caros, de la capital. Es una de esas zonas de Madrid por las que hay que pasear de vez en cuando para volver a tomar el pulso a la ciudad.
Qué ver en Chamberí
Museo Sorolla
Quien se acerque por el Paseo del General Martínez Campos un fin de semana, probablemente se encuentre con una larga cola de personas. Estas, esperan pacientes a cruzar el umbral de la puerta repleta de hiedra que se esconde en el número 37. Una mágica entrada para un mágico lugar: aquí vivió Sorolla con su familia, en un palacete custodiado por tres jardines. Ya solo esta entrada merece la visita: un jardín inspirado en los Alcázares de Sevilla, otro en homenaje a la Alhambra de Granada y un tercero, más italiano, que culmina con una pérgola y la “fuente de las confidencias”.
Dentro, el espectáculo continúa. Su casa particular es precisamente eso: el legado de su hogar. Por ello, la visita es tan especial, porque nos encontramos entre las bambalinas de la inspiración del artista, su taller, las cocinas, las habitaciones… Y, por supuesto, grandes obras como ‘Autorretrato’ (que dedica a su esposa, Clotilde, y en el que aparece vestido con ropa de calle) o ‘Bajo el toldo’ (retrato de la familia Sorolla al completo en Zarauz, con una luz muy diferente a la mediterránea a la que nos tiene acostumbrados).
📍 Paseo del General Martínez Campos, 37
La estación ‘fantasma’
Bajo los adoquines, una estación fantasma. La red de museos del Metro de Madrid (Andén 0) tiene una joya en este barrio: aquí nació el metro de Madrid, una primera línea que inauguró Alfonso XIII en 1919 (insértese aquí la anécdota de esa fotografía en la que los ojos del monarca fueron retocados, de rudimentaria y diabólica manera, ya que para la única instantánea del evento al rey se le dio por salir con ellos cerrados). El 22 de mayo de 1966, la estación de Chamberí cerró sus puertas para no volver a admitir pasajeros. Solo visitantes en lo que ahora se configura como un museo subterráneo. Bajar estas escaleras es hacerlo a las profundidades de un Madrid que ya no existe, con los azulejos sevillanos, los carteles publicitarios de los años 20, la señalética y los tornos antiguos…
📍 Plaza de Chamberí, s/n,
Frontón Beti Jai
Uno de esos lugares de Madrid que no parece que estén en Madrid está ubicado en el distrito de Chamberí. El que fue el primer frontón de España se inauguró en 1894 bajo el nombre de Beti Jai, que del euskera se traduce como «Siempre alegre». Además de para el fin para el que fue concebido, fue utilizado también para otros muchos, funcionando como cárcel o como centro de ensayos de aeronáutica, entre otras cosas. Propiedad municipal desde el 2015, puede visitarse con motivo de diversas iniciativas como Pasea Madrid.
📍 Calle del Marqués de Riscal, 7
Hospital de Maudes
El Hospital de Maudes es, sin lugar a dudas, uno de los edificios más llamativos del distrito de Chamberí. Su verdadero nombre es Hospital de Jornaleros de San Francisco de Paula, pero se ha popularizado bajo el mismo que recibe la calle en la que está situado. Como el primero de ellos indica, se concibió en un primer momento como un centro hospitalario gratuito para los obreros madrileños, inaugurado en 1916. De la obra se encargaron Joaquín Otamendi y Antonio Palacios, el arquitecto por excelencia del Madrid de principios del siglo XX. Actualmente, tras ser adquirido y restaurado por la Comunidad de Madrid en los años 80, actúa como sede de la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras.
📍 Calle Maudes, 17
Plaza de Olavide
Es el punto de encuentro por excelencia de Chamberí y el más conocido del barrio de Trafalgar, además de uno de esos lugares de Madrid que no parece que estén en Madrid.
Sueño europeo para quienes están de paso y, de un tiempo a esta parte, pesadilla para los vecinos de la zona a consecuencia de la saturación por terrazas, esta plaza ha vivido enormes transformaciones a lo largo de su historia. Una de las más significativas, cuando en 1974 se llevó a cabo la polémica demolición del Mercado de Olavide, una construcción racionalista de los años 30 de Francisco Javier Ferrero Llusiá.
📍 Plaza de Olavide
La cabina de Mercero
Desde diciembre de 2021, en la plaza del Conde Valle de Suchil con el cruce de la calle Arapiles se erige la única cabina que quedará en pie en la capital cuando se eliminen las casi 2.000 que hay por las calles de Madrid: la cabina-homenaje a Antonio Mercero.
El monumento replica la famosa cabina de la película protagonizada por José Luis López Vázquez a tan solo unos metros del lugar en que se rodó. Sobre él decía su impulsor, el guionista David Linares en declaraciones a Somos Chamberí que era «lo justo porque Madrid ha sido un personaje más en sus películas, es un pequeño gesto que le debíamos«.
📍 Plaza del Conde del Valle de Suchil
Dónde comer en Chamberí
Ponzano
De un tiempo a esta parte, Ponzano se ha consolidado como la calle gastronómica por antonomasia –para desgracia de los vecinos de la zona. Recoge propuestas culinarias para todos los gustos y paladares. No es oro todo lo que reluce y como en botica, hay de todo. Restaurantes con pretensiones y centésimas partes de trufa aromatizando los platos y también restaurantes con una apuesta decidida por la calidad, la innovación o la tradición. Es el caso de restaurantes como Lana, Agarimo o Santerra Neotaberna (que no está estrictamente en Ponzano, pero casi).
📍 Calle Ponzano
Mercado de Vallehermoso
La contribución del Mercado de Vallehermoso al tejido gastronómico del barrio se entiende en cuanto se visita. Hay varios motivos –como lo reducido del alquiler y el atractivo casi clandestino– pero algunas de las apuestas gastronómicas más sonadas de los últimos años se han gestado en el interior de un mercado municipal de carácter histórico. Tripea, que ofrece uno de los mejores menús degustación de la ciudad; Kitchen 154, y su apuesta por la comida picante; o el dos, y su forma de renovar la cocina tradicional, son ejemplos de ello.
📍 Calle de Vallehermoso, 36
La Mina
Ir a Chamberí y no echar el ancla en ese navío de delicias que es La Mina, es pecado capital. Este bar ocupa desde 1949 el número 8 de la calle General Álvarez de Castro, llevando por bandera sus gambas a la plancha. Así, entre cervezas bien tiradas, los parroquianos se afanan en ese arte que es pelar la gamba, comer la gamba, chupar la cabeza de la gamba, en un ambiente tan de casa, tan de Chamberí. Y otros tantos vicios: almejas, bueyes, santiaguiños, navajas, centollas… Es el lugar para darse un pantagruélico homenaje.
Al otro lado de la barra, con casi total seguridad estará Gonzalo Melendro, el nieto del fundador de este bar con solera y garbo del centro de la ciudad. Hace casi una década, renovó el local para adaptarlo a los tiempos modernos. Pero pese a esa chapa y pintura, La Mina no ha borrado la huella que la convierte en uno de los bares más auténticos de la zona: es bar de codo en barra, de pedir tapas a voces, de verse las caras los vecinos de siempre. Es el bar de abajo (con aperitivo «marisqueiro») que no queremos que falte nunca.
📍 Calle General Álvarez de Castro, 8
Mo de Movimiento
Mo de Movimiento es más que un restaurante, es proyecto completo. Y abarca desde la inclusión social hasta lo medioambiental. En la carta encontrarás platos elaborados con productos de proximidad y de mucha calidad: el hummus de remolacha con pitaccia casera, el pimiento asado y yema curada o su riquísima tarta de queso son algunos ejemplos. Sin olvidar sus pizzas hechas en horno de leña.
En el diseño del local, el antiguo Teatro Espronceda, están pensados todos los elementos y materiales para hacerlo sostenible, como por ejemplo las tinajas que cuelgan del techo y que ayudan a mantener una temperatura agradable gracias al intercambio de calor.
📍Calle de Espronceda, 34
Santa canela
Contar en el barrio con un restaurante como Santa Canela es garantía de haber encontrado el equivalente a una comfort movie en el plano gastronómico. Ya sea para comer, cenar o simplemente tomar algo, en este local –que, advertimos, si pruebas se convertirá en una extensión de tu salón– podrás degustar una carta de nivel mientras dejas que la vista se pierda por sus paredes de ladrillo visto identificando los personajes retratados en sus grafitis.
Aunque es difícil recomendar solo alguno de sus platos, sabemos de buena tinta («porque no es lo mismo contarlo que vivirlo») que las patatas bravísimas o las alcachofas en flor rebozadas con hummus trufado no deberían faltar en tu mesa. Por algo lo incluimos en la lista de bares y restaurantes que probar al menos una vez en la vida.
📍 Calle de Guzmán el Bueno, 20
Tomar café en Chamberí
Monkee Koffee
Si hay algo bonito en esta vida es tomar el primer café de la mañana con calma, degustando un buen filtro en un ambiente tranquilo. Monkee Koffee viene a llenar ese hueco (el del desayuno de horas que se convierte en redesayuno) en el barrio de Chamberí. Al centro, una de esas largas mesas para compartir espacio entre portátiles, charlas, libros, litros de café tostado por ellos mismos… Al fondo, el codiciado sofá. Y en la barra, mandanga desayunófila. Un par de imprescindibles: el grilled cheese sandwich, para los amantes de lo salado y del queso; la tosta de mascarpone con pera y nueces, para los amantes de la vida en general.
📍 Calle Vallehermoso, 112
Toma Café
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Toma Café es uno de los cafés de especialidad más conocidos de la capital. Empezaron en Malasaña, pero actualmente tienen dos locales en Chamberí. Toma 2 es el lugar para sibaritas del café y desayunar o merendar de lujo. Además, Toma 3, muy cerca del anterior, abre de jueves a sábados por las noches y bajo el nombre de Proper Sound y también se rinde culto a la música en vinilo y el vino.
📍 Calle Santa Feliciana, 5; calle Raimundo Lulio, 16
Caferama
Caferama es el resultado de un encuentro en otra de las cafeterías del barrio: Toma Café. Los protagonistas de ese encuentro son Imanol y Agustina, dos argentinos a los que su pasión por el specialty coffee les ha unido no solo como amigos sino también como socios en la apertura de esta cafetería de especialidad.
Con un recorrido que comenzó a principios de 2022, este espacio no solo ofrece buen café, cervezas o vinos y acompañamientos dulces y salados que elaboran mayormente de forma artesanal, sino que también quieren tejer redes con otros locales del barrio, como librerías.
📍 Calle de Rodríguez San Pedro, 37
Schotis
La definición corta es decir que se trata de una churrería neocastiza. Una más larga implicaría hablar de cómo, entre azulejos blancos y claveles rojos, este pequeño local ha modernizado el churro tradicional y lo ha convertido en mucho más que harina, agua y sal. Y entre las cosas que ha ganado con ello, está el hecho de haberlo convertido en uno de los desayunos o meriendas más ‘instagrameables’ de Madrid.
📍 Calle de Santa Engracia, 55
Qué hacer en Chamberí
Hecho
Hecho es la tienda que cumple todos los caprichos design de alguien iniciado en el tema. Desde la lámpara cesta de Miguel Milá hasta cuberterías de Hay, pasando por una selección de manteles y platos diseñados y producidos por ellos. Porque detrás de esta tienda de la Plaza de Olavide está un grupo de amigos arquitectos y expertos en diseño que han sabido satisfacer los deseos más decorativos de los madrileños.
📍 Calle Quesada, 2
Fábrica de texturas
La Fábrica de texturas es (en pocas palabras) un taller de muchas cosas. Aunque otra palabra que también encaja es Escuela. Xavier Robledo, fundador, habla de su trabajo y lo define: ellos son divulgadores y aspiran a hacer de las técnicas de impresión y de serigrafía una actividad doméstica y accesible. Parte de su misión es “acercárselo a la gente que lo puede hacer en su tiempo libre para que lo pueda combinar con otras cosas que hace”. Para ello ofrecen cursos y talleres de distintos temas y duración (desde los que duran un fin de semana y cuestan entre 45 y 80€ a los que duran tres meses y cuestan alrededor de 250€). El que más éxito tiene es el de serigrafía y lo hacen todos los meses para ocho o diez personas.
📍Calle de Meléndez Valdés, 34
Academia Espositivo
Hay pocos ámbitos sociales o aficiones independientes de la edad: la lectura, la pintura y las películas de Pixar son posiblemente los más significativos. Espositivo –un taller de pintura y galería expositiva– da cuenta de ello: aquí se reúnen diletantes de la pintura que tienen 8 o 64 años. En palabras de Desi Civera, gestora del espacio: “Lo guay es el ambiente que se crea aquí, que hay desde adolescentes hasta personas de 60 años y se llevan súper bien”.
📍 Calle de Palafox, 5
Casa de las Flores
Hay pocos edificios en Madrid que hayan generado más literatura positiva que La Casa de las Flores. Secundino Zuazo es el arquitecto de la casa (que es una de las esquinas más icónicas de Madrid) e interpreta que la fachada tiene que cumplir un servicio comunitario y por eso le incorpora elementos típicos de la arquitectura madrileña de principios de siglo. El ladrillo, como contamos en este reportaje sobre el neomudéjar en Tetuán, es patrimonio –y metáfora– de la historia constructiva de Madrid.
📍 Calle de Hilarión Eslava, 2
Sala Canal Isabel II
Como su propio nombre indica, este enclave es un antiguo depósito de agua edificado a principios del siglo XX, el primero elevado de todo Madrid. Ahora, tras ser reconvertido en un espacio expositivo a finales de los 80 por los arquitectos Antonio Lopera y Javier Alau, es todo un referente en el mundo de la fotografía y una parada obligada en toda ruta cultural por Chamberí.
📍 Calle Santa Engracia, 25
Teatros del Canal
Culturalmente, el distrito cuenta con un importante centro de artes escénicas que desde su inauguración en 2009 ha programado algunas de las obras imprescindibles que ver en Madrid: los Teatros del Canal. Acoge espectáculos de comedia, musicales, infantiles, de flamenco, danza urbana o performance y por sus tablas han pasado innumerables artistas de prestigio nacional e internacional.
📍 Calle de Cea Bermúdez, 1
Desde la calle de la Princesa al paseo de la Castellana, Chamberí es uno de los barrios más grandes y que no ha perdido su alma madrileña a pesar de estar en constante evolución.
Este artículo ha sido escrito a diez manos por Alberto del Castillo, María F. Carballo, Selene García, Isabel Nieto y Elena Francés.