Desde finales de septiembre los test de antígenos cuentan con la aprobación de la Comisión de Salud Pública como herramienta rápida de diagnóstico de la covid-19. Pero, ¿en qué consisten estas pruebas y qué las diferencian de las otras que ya conocíamos como las PCR?
En tan solo 10 ó 15 minutos los test antigénicos son capaces de detectar la presencia del patógeno. Para ello solo necesitan una muestra nasal o de saliva. Además, son más baratos y más sencillos de utilizar.
Este tipo de pruebas han mejorado mucho desde aquellas primeras que empezaron a utilizarse al inicio de la pandemia, algunas de las cuales tan solo tenían una fiabilidad del 30 por ciento. En este caso, estos nuevos tests antigénicos cuentan con una fiabilidad de entre un 93 y 97 por ciento.
El objetivo es convertirlas en el complemento ideal de las PCR, aligerando el trabajo de laboratorio más extenso que requiere el análisis de estas, pero los tests de antígenos no están llamadas a sustituirlas sino a facilitar el camino de detección, y por tanto, de prevención en la expansión del virus.
Estas herramientas detectan el virus en aquellas personas que en ese momento están desarrollando la enfermedad y son infectivas. ¿Inconvenientes? Que su fiabilidad desciende después de la primera semana desde que se presentaron en el paciente los síntomas.