La alpargata era el zapato que utilizaba la gente del campo en el mediterráneo. Barato y fácil de hacer y reparar, en los 70 la marca francesa Yves Saint Laurent le pidió a Castañer –empresa tradicional dedicada a la fabricación de las alpargatas– que hiciera una versión con cuña para subir las alpargatas a la pasarela. Desde entonces este zapato campesino abandonó el campo para convertirse en un clásico del calzado de verano. En Madrid las alpargaterías centenarias rodean la plaza Mayor y son casi tan típicas como los churros de San Gines.
1. Casa Hernanz
Fundada por el artesano Toribio Hernanz, cerca de la plaza Mayor, Casa Hernanz empezó en 1845 vendiendo alpargatas y aperos para campesinos. Durante la Guerra Civil, su sucesor José mantuvo el negocio a flote, escondiendo mercancías de los militares.
Con la industrialización, la tienda se adaptó, suministrando cuerdas a instituciones como el Banco de España y Correos. Con el éxito y sofisticación que las alpargatas vivieron a mediados del siglo pasado, recuperaron su producto original. Hoy, Jesús, sobrino nieto de José, continúa la tradición familiar junto a sus hijos, manteniendo viva la esencia artesanal de Casa Hernanz.
Calle de Toledo, 18 (Centro)
2. Antigua Casa Crespo
Antigua Casa Crespo, fundada en 1863, comenzó vendiendo materiales básicos para la construcción y alpargatas en blanco y negro. En los años setenta, Martín Garbayo amplió la gama de colores de las alpargatas, atrayendo incluso la visita de la jet set local, como la reina Sofía.
Hoy, bajo la dirección de Maxi Garbayo, la tienda sigue siendo un referente en alpargatas hechas a mano, con más de 150 años de historia familiar. La familia, originaria de Cervera del Río Alhama en La Rioja, mantiene una fábrica donde cada alpargata se confecciona artesanalmente, haciendo de cada par un producto exclusivo y único.
Calle del Divino Pastor, 29 (Centro)
3. Castañer
Las alpargatas de Castañer son historia de la moda internacional. En 1970 diseñaron con Yves Saint Laurent las alpargatas de cuña que desde entonces no han desaparecido de sus tiendas, ni de las calles parisinas. Comenzaron a elaborarlas en 1927 y desde entonces han ido evolucionando con colaboraciones, como la que tienen con la página web de productos para novias Casilda se casa, pero siguen vendiendo con éxito desde hace más de 90 años la versión más lujosa de este zapato con pasado humilde.
Calle de Claudio Coello, 51 (Salamanca)
4. Calzados Lobo
LOBO, fundada en 1897 por Timoteo Lobo, es una de las zapaterías más antiguas y tradicionales de Madrid. Ubicada en el Madrid de los Austrias, cerca de la plaza Mayor, ha estado en manos de la familia Lobo durante 125 años. La tienda conserva su fachada original de madera roja, típica castiza, así como su decoración interior.
Hoy en día, LOBO vende además de alpargatas, merceditas, manoletinas, bambas de lona, ibicencas, menorquinas y zapatos de baile flamenco. También tienen calzado especializado para baile de salón, claqué, ballet y jazz, además de modelos históricos para teatro y cine.
Calle de Toledo, 57 (Centro)
5. Casa Vega
Casa Vega, fundada en 1860, es una más de las alpargaterías centenarias que sobreviven en Madrid. Originalmente, vendía calzado de esparto junto con artículos de guarnicionería, equitación y caza. Hoy, Casa Vega es una marca con siglos de trayectoria renovada que además de alpargatas, vende bolsos y accesorios atemporales. Situada junto al Rastro madrileño, es una tienda perfecta para encontrar un regalo o incluso un recuerdo diferente de la ciudad.
Calle de Toledo, 57 (Centro)