
La flor del almendro ha sido eclipsada por otra especie más propia de los campos holandeses que de los españoles: el tulipán. Este mes podemos ver sus pétalos en todo su esplendor en el Real Jardín Botánico, y ahora también frente al Palacio Real, en la plaza de Oriente.
El nuevo jardín holandés del centro

El pasado 7 de abril, como símbolo de gratitud por su estancia en España, la princesa Amalia de Orange, heredera al trono neerlandés, inauguró en Madrid un jardín con más de 7.000 tulipanes blancos y naranjas, colores asociados a la realeza de Holanda. Está justo detrás del Teatro Real, y cuenta con una placa conmemorativa que lleva grabado un cariñoso mensaje de la princesa: Muchas gracias por mi tiempo en Madrid. ¡Disfruten de los tulipanes!
Amalia de Orange estuvo viviendo secretamente en Madrid durante 2023 por motivos de seguridad. Recibió amenazas de un grupo de crimen organizado y trata de personas, lo que obligó al rey Guillermo de Holanda a trasladarla fuera de su país. La Casa Real española, para demostrar su buena relación con la Casa de Orange-Nassau, colaboró con las autoridades neerlandesas para ayudar a la joven heredera.
¿Hasta cuándo se podrán ver los tulipanes?
La floración de los tulipanes es tan impresionante como poco duradera: oscila entre las dos y las tres semanas. En este periodo, que generalmente se da a mediados de abril, despliegan un abanico de tonalidades brillantes: se tiñen de rojo, amarillo, púrpura, rosa y otros colores primaverales. ¡La mejor época para verlos es ahora!
Breve historia del tulipán: ¿cómo llegó a Madrid?

Si el tulipán no es precisamente una planta emblemática de nuestras praderas, ¿cómo es posible que haya dos jardines de estas flores en Madrid? Para explicarlo hay que remontarse al siglo XVI, cuando Carlos I tomó el control de los Países Bajos, estableciendo una conexión inquebrantable entre España y el territorio que hoy llamamos Holanda.
Los Países Bajos estuvieron totalmente controlados por Bruselas y Madrid hasta el siglo XVII, cuando empezó la Guerra de los Ochenta Años. Es durante este periodo histórico cuando surge la tulipomanía: alrededor de 1625, un bulbo de tulipán se vendía a 1.000 florines. Teniendo en cuenta que el sueldo medio de un holandés era de 150 florines, podemos imaginarnos el valor de un solo tulipán en aquella época.
Tras la independencia de los Países Bajos, se establecieron nuevas relaciones comerciales entre la región y España. En el siglo XVIII, las semillas de tulipán viajaron de Holanda a Madrid para crecer en el Real Jardín Botánico, que actualmente tiene la mejor colección de esta especie en la capital. No por nada está generando cierta tulipomanía (siempre entendida como fascinación, sin componentes especulativos) entre sus visitantes.