A penas han pasado dos semanas desde las vacaciones de Semana Santa y mayo nos da la bienvenida con otro señor puente. Puede que a algunos les toque quedarse, otros ni siquiera habrán desecho las maletas y habrá algunos que lo reciban con los brazos abiertos porque no pudieran escaparse en abril. En cualquier caso, nos esperan unos días de relax, pero empezarlos no va a ser nada fácil… No es un trueno, es algo peor. Quedarse quieto sería un error: ¡es la operación salida! Y si os ha tocado vivirla alguna vez, os sentiréis identificados si seguís leyendo.
¿Te vas a Andalucía / Valencia / Extremadura / A Coruña / Burgos..? Da igual, porque cualquiera de los caminos que vayas a coger para salir de Madrid va a tener retenciones…
Eso sí, la A3 y la A4 son las más perjudicadas. La playa y la luz del sur no se consiguen con facilidad…
¿Trabajas en la Castellana? ¡Genial! Da igual el punto en el que se encuentre tu oficina, prepárate para tardar en recorrerla un mínimo de una hora. VAYAS EN LA DIRECCIÓN QUE VAYAS.
¿Tienen que recogerte o tienes que recoger a alguien? ¡Hazlo en Atocha! Como han pensado las 1500 personas más que te encontrarás allí y que harán que sea imposible que te encuentres con quien habías quedado.
«¡Vámonos a la sierra, que habrá menos tráfico!» Eeeeeerror. En esa carretera se juntan los que se van al norte con los de Alcobendas, San Sebastían de los Reyes y El Molar. Créenos, tu casita rural tendrá que esperar también…
Al menos, no te preocupas por la velocidad, porque sabes que no puedes pasar de los 70 km/h.
Pensaste que Moncloa era una buena alternativa como punto de encuentro. ¿Estás loco? ¿Tan cerca de una zona universitaria? ¿Desde la que se van a desplazar un montón de pre-adultos sobrehormonados?
«¿Ponemos el GPS para buscar otra salida?» es una invitación a dar una bofetada a quien te lo dice. Pasar por la M-30 a diario. Sabes perfectamente cómo salir de ella, lo que no sabes ni tú ni el GPS es cuándo lo harás.
Al final, cuando han pasado más de 40 minutos y solo has avanzado 5 kilómetros, te acuerdas de algo: Renfe. Ahí no existen los atascos.
Incluso llegas a replantearte: ¿por qué no me habré quedado en Madrid? ¡Con lo a gusto que se está en la ciudad cuando se va todo el mundo!