Hace días una compañera de trabajo me dijo con cierta malicia que necesitaba tomar un poco sol. Ante esta situación solo puedes reaccionar de dos formas: o con una risita falsa asumiendo que tiene razón o con otro corte. En mi caso, opté por hacer lo primero.
Soy blanquita de piel y me encantan los colores corales y turquesas en la época estival pero mi blanco Casper me impide lucirlos como es debido. Reconozco que me piqué con el comentario y al día siguiente estaba friéndome bajo el sol del mediodía cual perrito caliente para lograr dorarme un poquito. Entre eso y que no me he apuntado a la Operación Bikini me entró complejo de croqueta, pero esa es otra historia.
¿Sabéis que pasó? Que me abrasé viva y estuve una semana yendo a la oficina con escotes cerrados, pantalones largos y la cara roja cual tomate. Así fue cómo me llamaron Señora Cangrejo durante una temporada. Todo por querer broncearme en muy poco tiempo.
No es la primera vez que me pasa, tengo un bagaje importante. A continuación voy a explicaros las “jaimitadas”, jugarretas y vivencias que he experimentado con mi mejor amigo, el sol.
1.Fenómeno fresa-nata: fácil de explicar. Te quemas la espalda y el escote y te queda marcado el bikini, haciendo que parezcas uno de esos Chupa Chups rosas y blancos. Si eres rubia que te llamarán Cerdita Peggy hasta que se te quite.
2. Hora de mudar la piel: cual serpiente, la piel empieza a caerse para sustituirse por otra que dicen que es más morena. Es muy entretenido quitarse los pellejitos mientras esperas el metro o directamente te aburres como una ostra.
3. Estampados: tomas el sol y ¡Horror! Olvidaste quitarte las sandalias o los tirantes del bikini que se cruzan en la espalda ¿El resultado? Tatuajes blancos esparcidos de forma aleatoria por todo cuerpo.
4. Copito de nieve: muchas veces tratamos de evitar todo lo anterior embadurnándonos en crema protección 50 en un amago de hacer body painting con la crema. Cuando era pequeña y rolliza mi madre hacía eso conmigo y parecía el robot de Big Hero 6.
5. Si pasas demasiadas horas bajo el sol y sin mojarte la cabeza puede darte un golpe de calor, volverte tarumba o los dos. En serio.
6. Días nublados: si crees que las nubes te protegen 100% del sol…¡Error! El sitio donde más me he quemado es en Asturias, donde se supone que el Astro Rey tiene la entrada prohibida.
7. Sesión de autofotos: tendencia en auge desde la aparición de las redes sociales. En Instagram queda muy chulo ver a una persona poniendo morrritos y luciendo melena al viento con el filtro Lo-fi pero en la vida real..Ver a un mozo o una moza tratando de seducir a la cámara del móvil es, ciertamente, divertido.