Coger un taxi en Navidad es una de esas grandes odiseas, pero con estos breves consejos tus posibilidades de éxito aumentarán.
Es Navidad y cualquier día es día de fiesta. Has estado tomando algo después del curro, luego has enganchado con la cena, y la cena, con copas y tiro porque me toca. Pero tu cuerpo dice hasta aquí hemos llegado y decides irte a casa. El metro ya hace rato que cerró y se te ocurre, por qué no, la brillante idea de darte un caprichito y coger un taxi. Exactamente la misma idea que ha tenido medio Madrid.
La posibilidades de que llegues a casa en taxi esta noche son proporcionales a las que tiene tu cuñado de decir algo inteligente en la cena de Nochevieja. Pero mientras haya noche, hay esperanza, y con estos pequeños consejos tus posibilidades de pillar un taxi aumentarán:
Camina, camina, camina.
Nadie dijo que llegar a casa fuera a ser fácil así que vas a tener que caminar un poco si quieres llegar a tu destino. Y si no mira Frodo. Es verdad que él solo cargaba con un anillo y tú cargas con botella y media de vino y algún gintonic, pero él iba descalzo.
Ojo dónde pisas
Coger un taxi a ciertas horas requiere la habilidad adquirida de vigilar los coches que vienen al tiempo que miras por dónde andas. Un buen estrabismo ayudaría también.
Prepárate para la batalla
Es una cuestión simple, ya lo avisó Malthus: somos muchos queriendo ir a casa y hay pocos taxis. El conflicto con tus semejantes es más que probable y solo ganará el más rápido.
Mantente erguido
Nadie quiere montar en su coche a alguien borracho, y menos aún si hay más borrachos donde elegir. Así que pon buena cara y mantén las apariencias si no quieres acampar en un banco.
Cuida de tu amigo
Lo peor de ir como una cuba es tener que vigilar al que va peor de tú. Qué pena que beber en soledad esté tan mal visto.
Cruza de acera
¿Por qué todos los taxis libres van en la dirección contraria a la que yo voy?, te preguntarás. No seas rácano y cruza de acera, anda. Las posibilidades de encontrar un taxi libre aumentan.
Guía a tu taxista
Ya lo has conseguido. Estás dentro. Muy mal se tiene que dar la cosa para no llegar a casa en taxi una vez que te has sentado en uno, aunque todo puede pasar. Vas a intentar disimular tu melopea, pero tu taxista no nació ayer. Aunque si quieres intentar algo, puedes probar a guiarle con pequeñas indicaciones: «coge mejor por esta calle» o «este semáforo es interminable». Parecerá que sabes dónde estás.
Nadie dijo que volver a casa en taxi fuera fácil, pero si lo vas a intentar, al menos no te dejes ninguno de estos requisitos.