La exposición Auschwitz: No hace mucho, no muy lejos estuvo más de un año recibiendo visitas en el Centro de Exposiciones de Arte Canal de Madrid. La fecha de cierre se prorrogó ante su éxito irrefrenable, la misma popularidad que cosechan la casa de Ana Frank en Ámsterdam y los centros de detención levantados por Hitler en Alemania.
Nos asomamos a exposiciones, viviendas-escondite y cárceles sin ser conscientes de que el horror del nazismo también golpeó de frente a Madrid. 445 hombres y 4 mujeres madrileños fallecieron en campos de concentración donde fueron llevados a la fuerza. Y ahora su ciudad les rinde tributo.
Se llaman stolpersteine, «piedra de tropiezo» en alemán. Son bloques de cemento grabados, placas como tantas otras rememoran el nacimiento o la vida de una personalidad ilustre entre los muros de un edificio de la capital. Pero estas son especiales, cinceladas desde el dolor: en ellas trastabillan el pie y la conciencia. Con pocas palabras nos cuentan una tragedia con nombre y apellidos, la de las víctimas madrileñas de los nazis.
El último fin de semana de abril se han instalado a las puertas de sus casas. Comienzan con un «Aquí vivió» seguido por una identidad desconocida. Y al final, otros nombres que, por desgracia, nos suenan más: Neuengamme, Dachau, Bergen-Belsen, Auschwitz.
Ha sido el artista que las ideó, Gunter Demnig, quien ha colocado las primeras stolpersteine de Madrid. Tiene por costumbre hacerlo, como gesto de respecto a las víctimas nombradas en sus placas. Él mismo excava el hueco, pone la piedra y recoge los escombros. Así lleva haciéndolo desde 1997, cuando instaló el primer adoquín en Kreuzberg, un distrito de Berlín.
Hay 65.000 stolpersteine que insertan una triste historia en el pavimento de 23 países de todo el mundo. Madrid se suma la tradición de los memoriales a ras de suelo para saldar una «deuda pendiente» con la historia y sus vecinos, según han declarado los responsables del Ayuntamiento.
De momento son solo una docena, pero se pretende colocar una piedra del tropiezo por cada vida madrileña segada por el nazismo.