¿Es el agua de Madrid tan mala como la pintan?
El consumo de agua embotellada se ha disparado en nuestro país como consecuencia de la supuesta mala calidad del agua potable que llega a los grifos de nuestras casas. Pero, ¿es el agua de Madrid verdaderamente tan mala?
Para ello El Comidista contactó con Faustino Muñoz, uno de los pocos sumilleres de agua que hay en España y autor del libro Aguas del mundo. Organizó con Muñoz una cata a ciegas con diferentes aguas de diez ciudades españolas diferentes y Madrid fue sin duda una de las peor paradas (no peor que Barcelona).
La cata, como las de vino, se basó en tres fases: visual, olfativa y gustativa. Y la sentencia del sumiller fue así de clara: el agua de Madrid es «un agua con bastantes partículas en suspensión y que me da ese olor a estanque, incluso olor a rana. ¿Habéis tenido alguna vez una rana en la mano?». Y al probarla en boca se confirmaba lo que la pituitaria venía avisando: «a estanque», afirmaba rotundo Muñoz. «Un cero«.
Siempre nos quedará aquel mal de muchos, consuelo de tontos. A Barcelona, por ejemplo, el catador le otorgó una puntuación de menos dos puntos.
Sin embargo, el experto calma lo ánimos al final del vídeo: «bajo mi punto de vista no hay aguas ni buenas ni malas; hay aguas diferentes unas de otras. Decir que el agua del grifo tiene tantos seguimientos o más que un agua envasada. Lo que pasa que luego, organolépticamente en boca, algunas no son muy agradables, pero que son aptas para la salud, eso es indiscutible».