El musical de la princesa rusa tiene todas las papeletas para convertirse en el nuevo éxito de la Gran Vía.
Hace poco, Madrid Secreto tuvo la oportunidad de disfrutar del estreno del musical de Anastasia y nos atrevemos a decir que fue uno de los mejores momentos del año. Puede que pienses que estamos exagerando, pero incluso si no eres fan de la película, la disfrutarás. ¿La prueba? Los minutos de aplausos que se vivieron al final del show, pero aún hay más:
El diseño de vestuario
Corre a cargo de Linda Cho, que ha obtenido diversos galardones por su trabajo. De hecho, por el vestuario de Anastasia fue nominada a un premio Tony y no es para menos, pues es totalmente fiel a la versión de animación. Los trajes de la familia real son espectaculares y al igual que el resto, cuidan hasta el más mínimo detalle. También es realmente buena la labor de vestuario en el número ‘Un rumor en San Petersburgo’, ya que el vestuario consigue que, a pesar de saber que los actores que interpretan a la clase baja son los mismos que a la alta, parezcan otras personas.
La escenografía
Alexander Dodge es el responsable de transportarnos de la Rusia Imperial a la del régimen bolchevique y al mismo tiempo, al París más glamuroso. Sentirás que formas parte del viaje que realizan Anya, Dimitry y Vlad para conocer el pasado y el presente de la protagonista, sobre todo con el número musical del tren, uno de los más impresionantes e inmersivos del musical.
Las voces
El elenco es simplemente sublime. Desde los coros a las voces principales de Jana Gómez (Anya – Anastasia), Iñigo Etayo (Dimitry) y Carlos Salgado (Gleb). Todos tienen un talento innegable, pero la voz de Carlos te pondrá la piel de punta en más de una ocasión y logrará que no eches en falta al personaje de Rasputín. De hecho, una de las actuaciones musicales más impresionantes es la suya y ni siquiera aparece en la película, ya que es propia de la adaptación musical. Tampoco te pierdas de vista a Ángeles Jiménez, que interpreta a la Emperatriz Viuda y que lo borda con un tono de voz de una persona mucho más mayor que la actriz.
Vuelta a la infancia
Si de pequeño/a viste la película (nosotros unas cuantas cientos de veces) será como volver a tu infancia, aunque de una forma menos fantasiosa. En la adaptación musical desaparece la figura de Rasputín, que queda representada en Gleb, aunque tampoco podríamos decir que es el «villano» de esta versión. Su papel es necesario para mostrar el contexto histórico de la época, ya que a través de él podemos ver la presencia de los bolcheviques en la historia. Lo que se mantiene completamente fiel a la historia es la relación con la abuela y la necesidad de Anastasia de saber quién es.
Por la entrega al público
Para que el musical de Anastasia en Madrid sea posible hace falta el trabajo de más de 140 personas cada día. La orquesta está formada por 12 miembros y 25 instrumentos. El vestuario cuenta con más de 125 trajes y 85 pelucas. Y eso sin contar al resto del equipo, que al igual que los actores, salió al escenario al final del musical para recibir los aplausos (de varios minutos) del público. Ver Anastasia es mucho más que ver a un grupo de personas actuando, ya que puedes notar la entrega, el entusiasmo y la emoción de quiénes están en el escenario. La sensación con la que sales del teatro es la de volver a entrar, pero sin perder la magia del primer visionado.