El municipio madrileño de Arroyomolinos ha iniciado un proyecto para ofrecer un techo a los gatos ferales que viven en sus calles. De ahí que el Ayuntamiento haya puesto dos nuevas casetas de madera pintada de verde y aspecto confortable para los felinos que necesiten acurrucarse allí dentro.
Además de un refugio cómodo, los mininos cuentan con agua y comida a su disposición. Y no están solos: un equipo de voluntarios autorizados por el Centro de Protección Animal (CPA) y respaldados por el gobierno local supervisa el bienestar de estos animales. Los cuidadores son personas que antes la llegada de las casetas se dedicaba a alimentar a los gatos callejeros de forma altruista.
Arroyomolinos espera colocar otras seis casetas para gatos próximamente con la financiación del CPA, la Asociación Colaboradora Salva Peludos y el equipo de voluntarios.