Aunque tu madre siempre te ha dicho que hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo, tú estás deseando que salga el primer rayo de sol para quitarte el blanco nuclear y enseñar carne.
Además, lo que menos te apetece cuando sales de trabajar o de la uni es meterte entre otras cuatro paredes. Lo que quieres (y yo también) es cambiar el moreno de flexo por una cañita mientras estrenas tus gafas de sol (de las que no dañan el bolsillo pero si la vista).
En resumen, lo que pega ahora, es una buena terraza. El problema es dónde ir. Normalmente si quieres que sea un sitio guay, tienes que elegir entre pagar el garito o la comida de la semana. La otra opción es sentarte en el bar de debajo de tu casa y esperar a que el vecino no se autoinvite.
Tras mucho indagar (y cervecear) he descubierto algunas terracitas en las que puedes tomar algo a buen precio y que sea digno de posturear en instagram.
Callejeando por Lavapiés te puedes encontrar con Casa Granada (C/Doctor Cortezo, 17 / 914 200 825). Los madrileños de pura cepa seguro que lo conocen, ya que es el típico bar de toda la vida, pero su cambio de imagen lo ha convertido en la fea que se quita las gafas en la peli. Ahora todos quieren unas bravas o unas croquetas con ella (la cerveza ronda los tres euros).
Para los que seáis amantes de las cervezas extranjeras, os recomiendo Onnekas (C/ Andrés Mellado, 80 / 910 17 24 90). Es una franquicia de comida belga/holandesa. En la hucha no tendrás dinero para ver los canales de Amsterdam, pero si pilláis esta oferta, por 3,5€ tenéis una ración de patatas y una birra.
Los más indies podéis visitar El viajero (Plaza de la Cebada, 11 / 913 66 90 64). Aunque no es tan económico como los otros, merece la pena por lo bien que van a quedar tus fotos con sus vistas y su rollito. Lo ideal es que pidáis para compartir entre varios, así podéis comer por 15-20 €. ¡Probad las papas con mojo!
Si estáis por Fuencarral y os habéis dejado medio sueldo en un trocito de tela (¡que mono queda!), pero eso no os ha quitado el hambre, id a La Tita Rivera (C/ Pérez Galdós, 4 / 915 22 18 90). Es conocida por sus tapas lowcost y por los “casis”, la especialidad de la casa (preguntad por ellos).
El segundo mejor lugar para tomar pizza (el primero es nuestro sofá) es Saporem. No es de los más baratos en los que he estado, pero sólo por su sangría merece la pena. Además de que podéis probar pizzas creativas (y no hablo de pizza con piña, que más que algo original me parece una aberración).
Por ahora, esto es lo que mi hígado y mi economía me han permitido descubrir, pero si sabéis de más sitios…¡otra ronda!