Nos ha dejado fotografías espectaculares, pero lamentablemente, no es oro todo lo que reluce.
El pasado lunes el cielo de Madrid nos regaló un atardecer que dejó sin palabras y sin hashtag a más de uno en Instagram. Sin embargo, este espectáculo visual es más perjudicial para nosotros de lo que creemos, pues el fuerte tono rojo que adquirió el cielo al atardecer en Madrid no se debe solo a un fenómeno atmosférico natural.
Para entender los efectos de este fenómeno hay que tener en cuenta que el color «normal» del cielo es el azul debido a una mayor presencia de nitrógeno en la atmósfera, que es el encargado de expulsar los tonos azulados que nuestros ojos perciben. La presencia de otros elementos, como los que otorgan los tonos naranjas y amarillos, es menor, por lo que para verse, éstos han de encontrarse con otro cuerpo, como el polvo en suspensión.
Al llegar la tarde, los rayos de sol tienen que recorrer una distancia 10 veces mayor para llegar hasta nosotros, por lo que los azules se dispersan tanto que nuestros ojos no los perciben, pero los otros tonos, rojos, amarillos y naranjas, sí lo hacen. Es por eso que las nubes del atardecer tienen ese color, pero tal y como citan en El tiempo hoy, una cosa es el color de las nubes y otra el del cielo. Por eso, los tonos tan exagerados que muestra el cielo de la capital están directamente relacionados con la situación anticiclónica y la contaminación que rodean a la ciudad.
Por lo tanto, lo que causo el espectacular atardecer del pasado lunes, fue una mezcla de ese anticiclón con la gran presencia de partículas solidas en el aire causadas por la contaminación, unida al color habitual que suelen adquirir las nubes.
Así que por muy bonito que nos pareciese, no tenemos que olvidar que debemos concienciarnos para disminuir los niveles de contaminación en Madrid, pues es la ciudad con más problemas de ese tipo en España.