Algunos empezariáis en 2º de la ESO, otros quizá fuisteis menos adelantados y cuidasteis vuestro hígado unos años más (hasta los 16 o incluso 17) pero más de uno y una se sentirá identificado con las mezclas, situaciones y demás cosas absurdas que hacíamos en nuestros primeros contactos con el alcohol.
- Malibú con piña: era el equivalente al gin-tonic de hoy en día. La combinación del momento, lo bebiáis en cumpleaños, fiestas de instituto y hasta en Nochevieja.
- Mendigar DNIs: más que DNIs, personas mayores de edad que estuviesen dispuestas a comprar tu néctar del viernes, sábado y a hasta domingo por la noche.
- Beber en los parques: siempre ha sido ilegal, pero antes eran más permisivos y si te escondías bien, podías beber tranquilamente (además, tenías más agilidad para salir corriendo si venía la policía).
- Negrita: después de unos cuantos botellones, seguir con el Malibú era ser un crío, así que había que pasar a cosas más fuertes. Muchos afirman que esta marca de ron fue la primera que les hizo vomitar, aunque también nos vale el ron Almirante…(el de resaca al instante).
- Helarte de frío: daba igual que hiciese más frío que en la comunión de Pingu, la solución era cargar más el vaso y así se acababa entrando en calor.
- Media de 5 cubatas: ahora con uno ya eres de risa fácil, antes sin embargo, perdías la cuenta de los que llevabas, pero era raro la noche en la que no caían más de 5 ó 6.
- Amnesia alcohólica: yo aún sigo esperando sufrirla, ya que siempre he pensado que es más una excusa a los comportamientos fuera de tono que un síntoma de la resaca, pero quizá sí que sea cierta…
- Vaciar y continuar: y no me refiero a ir al baño porque te orinas, sino a echarlo todo para poder seguir bebiendo. Sí, hay gente que hace estas cosas…
- Invocar a don Hidalgo: probablemente después de llamarle tuvierais que acudir al punto 6, porque lo de beberse de golpe un cubata con más alcohol (calidad: limpiar heridas) que Coca-Cola no podía traer nada bueno…
- Subir las fotos de la borrachera al Tuenti: sí, al Tuenti, porque en esa época era lo más. Si en la foto salías muerto de risa, mirando hacia el infinito y sosteniendo el cubata, incluso te la ponías de perfil para que todos vieran cómo disfrutabas la vida.
- Chicles: cuanto más refrescantes fuesen, mejor, ya que ocultaban tu aliento a bar de Moe, pero lo que no podía ocultar era tu voz gangosa y tu cara de “no tenía que haberme tomado el último”.