Prueba los noodles artesanales de Biang Biang Bar con este menú.
En la región noroeste de China se come de maravilla. Y no lo decimos porque hayamos viajado al país oriental; no nos ha hecho falta ir tan lejos. Para paladear el sabor de Xi’an hemos pasado por Chueca, por Biang Biang Bar (calle de Pelayo, 8), para ser exactos.
La cocina despedía el aroma de la comida china de verdad. El sello de autenticidad gastronómica saltaba a la vista, cuando Óscar se separó de los fogones para enseñarnos los tallarines que estaba amasando él mismo. «Los hacemos cortos y anchos», nos decía. Le faltó decirnos, tal vez para no hacer spoilers, que también los hacen escandalosamente buenos.
Mientras Óscar se afanaba con los noodles, nos entretuvimos con el rábano marinado en salsa de XO casera: un entrante que solo fue el principio de un frenético baile de sabores. Poco después llegó la Rou Jia Mo, una hamburguesa china que abunda en la street food por aquellos lares, pero que nosotros no habíamos probado nunca en Madrid.
Y por fin volvió a asomarse Óscar con unos noodles con Gran Plato de Pollo (incluidos en este menú completo): esos tallarines que amasó, estiró y troceó flotaban ahora en un plato bañado en salsa de soja casera. Nos contó, mientras devorábamos, que se traen desde China algunas especias, como el chile.
Ojalá no hubiéramos terminado nunca de comer. La carta cambiará cada dos o tres meses, porque Óscar quiere mantenerla corta, pero siempre novedosa. Como estos tallarines hechos a mano que solo se preparan en Biang Biang Bar, y que son la estrella de un restaurante donde todo sabe a Xi’an.