Si la gran protagonista de estas Navidades va a ser una Menina gigante, la del año pasado fue una bola de doce metros y siete toneladas de peso situada frente al mismísimo edificio Metrópolis con el brillo de sus 43.000 luces LED. Y este año volverá a repetir.
Esta bola mastodóntica, ya bastante llamativa por sí sola, estará también programada para ofrecer un espectáculo de luz y música. La animación será continua en lugar de ofrecerse en pases, como sucedió el año anterior, para evitar las aglomeraciones.
A pesar de lo imponente de su tamaño y colorido, no hay que preocuparse por su impacto medioambiental: según señalaba el diario El Mundo, las luces de la bola tienen una potencia de 6,93 kilovatios, es decir, que contaminan menos que tres secadores de pelo.
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