Más de 10.000 vecinas y vecinos ha firmado una petición para conectar Carabanchel con el centro.
La línea 11, de color verde oscuro, se ve sobre el plano del metro como un apéndice que solo se extiende hacia abajo. Arranca desde la Plaza Elíptica, al norte del trayecto pero al sur de Madrid y, a diferencia de las otros trazos de colores, no se ramifica ni coincide en el papel con ninguna otra.
Parece una línea olvidada que no llama la atención, pero es el único recorrido suburbano que une Carabanchel Alto con la capital.
A las vecinas y vecinos se les queda corta, aislada de todo lo demás. Han reunido 10.132 firmas para reclamar una promesa gubernamental que nunca se cumplió: alargar la línea 11 hasta Atocha y conectarla con Conde de Casal.
Según ha declarado Alfonso Sánchez, gerente del Consorcio de Transportes, se está estudiando la prolongación de la línea 11 hacia el norte y conectarla no solo con estas dos estaciones, sino también con la línea 3, en la parada de Palos de la Frontera.
Pero en 1999 y en 2017 ya se prometieron mejoras en este tramo de la red de Metro, y los plazos del proyecto no paran de dilatarse. Ahora, Carabanchel Alto tendría que esperar a 2023 para llegar al centro en transporte público sin tener que hacer uno o más transbordos, según las estimaciones del Ejecutivo autonómico.
Se han propuesto esta y otras ideas para mejorar la conexión de la línea 11. Hay, por ejemplo, un plan todavía sin definir para conectar Carabanchel Alto con Chamartín y pasar por Arturo Soria.
Sin embargo, ningún organismo recoge las peticiones de los usuarios. Y, mientras tanto, Carabanchel Alto sigue sin conexión con el centro de Madrid.
Foto de portada: Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto