Lo que desde 1983 se conoce como Comunidad de Madrid ha sido históricamente una región de Castilla. Y si algo había en el centro de España en el medievo eran castillos, de ahí que adquiriera ese nombre. Desde entonces, en Madrid se han conseguido conservar algunos buenos ejemplos. Solo uno se conserva en perfecto estado, aunque la mayoría llegaron bien hasta el siglo XIX, cuando las tropas francesas arrasaron con gran parte del patrimonio antes de marcharse.
Castillo de Manzanares el Real
El de los Mendoza es el castillo mejor conservado de Madrid. El orgullo de Manzanares el Real, un pueblo a los pies de la Pedriza. Su apariencia desde fuera es la del castillo prototípico que convive en el imaginario, de planta cuadrada y con tres torres almenaradas.
Fue construido en 1475, en un alarde de poder de la familia Hurtado de Mendoza, que tenía el apoyo de los Reyes Católicos. Arquitectónicamente, mezcla estructuras medievales con toques renacentistas y hasta tiene una galería gótica en el primer piso.
Aunque en la actualidad el castillo sigue siendo propiedad de los Duques del Infantado, la Comunidad de Madrid es quien gestiona su uso y se puede visitar.
Castillo de Villaviciosa de Odón
El de Villaviciosa de Odón es un castillo atípico, singular y con una historia complicada en la que coinciden dos grandes de la arquitectura castellana: Juan de Herrera y Ventura Rodríguez. El primer castillo lo mandaron construir los condes de Chinchón en 1496, pero 24 años más tarde, en la Revuelta de los Comuneros, derribaron el castillo. Cuatro décadas después, la misma familia que lo mandó construir, le encargó la reconstrucción al artífice de El Escorial, que dio nombre al estilo herreriano. El genio renacentista añadió una torre diferente al resto.
En el siglo XVIII pasó a manos del Infante Luis, quien hizo que su arquitecto de confianza, que le había diseñado el palacio de Boadilla del Monte, restaurara el castillo. Años más tarde aquí murió el rey Fernando VI y fue encerrado Godoy, tras el motín de Aranjuez. Desde 1972 es el Archivo Histórico General del Aire, pero hay visitas guiadas.
Castillo de la Coracera
El valido de Juan II, Alvaro de Luna, mandó construir el castillo de San Martín de Valdeiglesias a principios del siglo XV. Es el castillo señorial fortificado arquetípico de la época, con dos murallas defensivas y un foso, alrededor de la torre principal donde vivía el señor y su séquito (con excelentes vistas de la Sierra del Guadarrama). Su huésped más ilustre fue Isabel La Católica, que se instaló aquí tras ser proclamada heredera de la corona de Castilla.
Castillo de Buitrago de Lozoya
Otra joya medieval encargada por los Mendoza, a Buitrago de Lozoya solo lo separan 50 km de Manzanares del Real, pero aquí también decidió dejar su huella esta poderosa familia castellana, no se sabe en qué año exacto, pero sí que se construyó este primero en el siglo XV sobre los restos de otro castillo anterior.
A principios del 1800 los franceses se instalaron en él durante cuatro años y antes de marcharse intentaron destruir lo máximo posible. Buitrago, que es un pueblo medieval; sin embargo, tiene la muralla mejor conservada de la región, además del peculiar puente viejo con restos del acueducto.
Castillo de Villarejo de Salvanés
Aunque no se conserva más que la torre del homenaje, este castillo es más antiguo que todos los anteriores y tiene un origen distinto. Tanto Villarejo de Salvanés como el castillo fueron fundados por la Orden Militar de Santiago en el siglo XIII.
La torre es lo único que se conserva del conjunto de edificios militares que se construyeron para reconquistar la zona a los musulmanes. El edificio siguió perteneciendo a otra orden militar, Encomienda Mayor de Castilla, hasta el siglo XIX. La Casa de la Tercia, a escasos metros, que tenía los mismos dueños, es otro buen ejemplo de arquitectura castellana del siglo XVI. Ahora la torre es el primer museo dedicado a los tercios.