Hay un vacío muy específico que deja una librería de barrio cuando cierra, como una especie de orfandad. Esa sensación de pérdida se multiplica cuando, además, se trata de una librería como Pérgamo (General Oráa, 24): una de las más antiguas de la capital, con 76 años de historia a sus espaldas.
Esta librería, que abrió como un negocio familiar en el barrio Salamanca en 1945, se despedirá a principios del año que viene. Ana Serrano, una de las hijas de los fundadores, comunicaba la noticia en su perfil de Facebook: «A partir de hoy, día 15 de diciembre de 2021, Pérgamo, la librería más antigua de Madrid, inaugurada en 1945 por mis padres y en pleno funcionamiento, liquida sus existencias hasta el día 5 de enero y se pone en alquiler por jubilación«.
Desde el 15 de diciembre y hasta el 5 de enero Pérgamo estará abierta al público en horario de 10h a 14h para vender sus existencias y, después, el local se pondrá en alquiler. «Son un dolor y un desgarro absolutos, sobre todo si deja de ser una librería, pero no hay más remedio. Deseadnos suerte», escribía Ana Serrano.
Los clientes de toda la vida
Las reacciones a la noticia no se han hecho esperar entre los vecinos y vecinas a los que esta librería, en muchos casos, ha visto crecer: ha sido el lugar en el que de niños sus padres les compraban los libros de texto y el material escolar, les acompañó después durante sus estudios en la universidad y, de algún modo, también les inculcó el amor por la lectura.
Esto sí que es una tristeza. Una de mis librerías favoritas de Madrid, cerca de casa, a quien debo tantos momentos de felicidad Si desean regalar libros estas navidades, no lo duden. Es un lugar mágico. @zendalibros #leer #librosmadrid pic.twitter.com/MhLEPj1KrB
— Mjsolanofranco (@mjsolanofranco) December 16, 2021
«Se me parte el corazón. Cuánto tiempo habré pasado con la nariz pegada a ese escaparate…«, «La conozco perfectamente, he estado allí muchas veces. Lo siento de verdad, imagino lo difícil que te tiene que resultar. Me pasaré. Un abrazo», escribían algunas personas en los comentarios, bajo la publicación de Ana.
Entre las muestras de cariño, muy agradecidas por la librera, se repite también un deseo: el de que Pérgamo, después de Pérgamo, siga siendo lo que ha sido durante estos últimos 76 años: una librería.