
El cine es el cine. Y lo es en Barcelona, en una sala de Albacete y en unas multisalas de un centro comercial a las afueras de Madrid. Lo relevante es la película y su banda sonora. La sala importa más bien poco: con que se cumplan unos requisitos mínimos aceptaremos pulpo como animal de compañía, ¿no?
Pues no.
Antes de nada, un matiz: al pensar en cines es importante liberarse de prejuicios y pensar en la cara B de la frase que sirve para promocionar algunas películas: «Ya en los mejores cines». ¿Es que hay peores cines? Peor no sería la palabra, quizás cines de ocasión o libres de las cadenas de los estrenos, que es mucho más heroico. Que sería más adecuado.
Para empezar, una buena sala de cine es como una buena librería: el primer valor añadido será el del criterio de quien o de quienes seleccionan las películas. Diremos también que apreciamos un buena butaca; un sistema de sonido acorde con los últimos avances tecnológicos; la posibilidad de ver proyectadas películas en 70mm; un precio atractivo todos los días de la semana (y no sólo durante el día del espectador o la fiesta del cine); la opción de comprar palomitas sin tener que pedirle un aval a tus padres; que las películas se proyecten en versión original subitulada; o que para disfrutar de una peli no te tengas que desplazar a un Centro Comercial.
1. Cine Doré
La Cineteca de Madrid podría ser a los cines de la ciudad lo que el Prado es a los museos –piri si is ini piniquitiqui–. Probablemente, la institución que más hace por promover y estimular el cine de autor y títulos que, de cualquier otra forma, sería imposible encontrar. Un pero: la incomodidad de sus butacas.
📍 Calle de Santa Isabel, 3
2. Sala Equis
A la Sala Equis la palabra cine –o la palabra sala– se le quedan cortísimas. Casi tiene sentido hablar de ella como punto de encuentro y de creación. Lo que hace treinta años fuera un lugar en el que se proyectaban películas eróticas, en 2019 es casi lo mismo pero sin la palabra erótica.
📍 Calle del Duque de Alba, 4
3. Artistic Metropol
En el repaso que uno hace de la cartelera, normalmente el último lugar al que uno llega es Artistic Metropol. Como recordando: anda, pero si también existe este cine. Fuera del circuito comercial, esta sala de dimensiones reducidas ofrece títulos que se estrenaron hace un tiempo. Además de cursos y talleres de cine.
📍 Calle de las Cigarreras, 6
4. Cineteca
Es muy posible que la Cineteca de Matadero sea, junto a la Cineteca de Madrid, la sala con menos intereses comerciales. Cineteca y alternativo o independiente son palabras que van de la mano derecha. De la mano izquierda va la palabra documental: prácticamente todo el cine que aquí se proyecta es de no ficción.
📍 Plaza de Legazpi, 8
5. Sala Berlanga
La Sala Berlanga es clave para los cinéfilos que llegan a febrero con los deberes por hacer. Y es que en este cine independiente proyectan las películas nominadas a los Goya. El resto del año también ofrecen cine de calidad. Y a un precio súper competitivo: 3€.
📍Calle de Andres Mellado, 53
6. Casa de América
La Casa de América, que podría integrar otras tantas listas de interés cultural, tiene un espacio dedicado a la programación de cine español y latinoamericano. Cortometrajes, ciclos de todo tipo y el equilibrio perfecto entre películas que no entran normalmente en los circuitos comerciales y otras que sí.
📍 Plaza Cibeles, s/n
7. Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes
Antonioni, Fellini, Billy Wilder. Si hay algún sitio en Madrid para disfrutar del cine clásico –y de otras tantas modalidades de cine– ese sitio es el Cine del Círculo de Bellas Artes. Una ubicación súper céntrica y una cartelera de calidad.
📍 Calle del Marqués de Casa Riera, 4
8. Pequeño Cine Estudio
Al ladito de Quevedo está el cine en versión original más antiguo de Madrid. O, mejor, el minicine. Una sala antigua y con mucho encanto en la que se proyectan –negaré haber usado esta expresión– clásicos de nuestro siglo.
📍 Calle Magallanes, 1