El ser humano es un animal de costumbres: los domingos, cocido; los veranos, a Benidorm y el vermú, en el bar de confianza. Y no hay nada malo en ello (tampoco nada necesariamente bueno), pero sí que es cierto que, si siempre comiésemos el menú del día en el bar de debajo de casa, nuestro trabajo como prescriptores gastronómicos no tendría sentido alguno.
Por eso mismo y para tomarle el pulso a Malasaña y hacer una radiografía de su estado gastronómico, hemos visitado algunos de los locales que mejor lo están haciendo y hemos creado algo parecido a un menú. En la Fábrica Maravillas hacen su propia cerveza; nadie trabaja las croquetas como en La Gastro; la carta de Navaja sorprendería al mismísimo Ferrán Adrià; Pizzie & Dixie es gamberro y vegetariano; y Aroma & Bread hace una de las mejores tartas de queso de la ciudad.