Candela Igualador se ha ido de paseo este fin de semana, pero por lugares diferentes a los que estamos acostumbrados. Con su investigación nos ha demostrado que es otra apasionada de Madrid y cada uno de sus rincones, así que solo nos queda decirle: ¡Muchas gracias por tu aportación!
Madrid nunca dejará de ser Distinto. Pasear, en estos días de lluvia, entre cactus, plataneras o plantas de café es perfectamente posible. O bien disfrutar entre plantas exóticas como el mismísimo Duque de Alba hacía en el Siglo XIX. Dónde? Muy cerca, aquí mismo:
Palacio de Cristal de la Arganzuela
La antigua Nave de Patatas del Matadero, de Luis Bellido, se ha transformado en un maravilloso Invernadero de más de 7.000 metros cuadrados. En sus cuatro zonas bien diferenciadas, permite disfrutar de la flora de tres ecosistemas diferentes. Pasear entre bromelias, ver plátanos enanos, cactus de casi tres metros, tocar el tronco pinchudo de una Ceiba o asombrarse ante los Pándanos de múltiples raíces, es perfectamente posible con sólo acercarse a la Plaza de Legazpi, cualquier día excepto los lunes.
Vivero Municipal de Estufas del Retiro
Algunos de estos invernaderos datan de 1887. Cómo el que el Duque de Alba, el abuelo del actual duque, donó al Parque (le estorbaba en el Palacio de Liria) y que ahora nos permite sentirnos, al recorrerlo, como un personaje de Jane Austen. Las Estufas del Retiro son unos de los rincones del Parque más desconocidos, pero que sin duda merece la pena descubrir. Incluso tiene un pequeño museo –El Museíto – con antiguas herramientas de jardinería. Las visitas siempre son guiadas y con cita previa. (www.munimadrid.es)
El Palacio de la Duquesa de Parcent
Su jardín es un espacio que los vecinos de Malasaña han venido reclamado durante décadas como parque para su barrio, tan necesitado de espacios verdes. Y no es de extrañar, ya que es toda una maravilla. Tiene una fuente en forma de cascada y al final del todo, un invernadero de hierro y cristal con plantas exóticas pequeño y coqueto. Lo peor, que sólo puede visitarse en ocasiones especiales, pero merece la pena andar atento para aprovecharla.
La Quinta de Torre Arias
De momento es un proyecto, pero tiene tan buena pinta, que no queremos dejar de reseñarlo en este espacio. Su última propietaria, la condesa Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, tenía dos aficiones: las plantas y los coches. La primera es la que más nos interesa, ya que nos dejó un Jardín precioso, que el Ayuntamiento de Madrid acaba de abrir al público. Y que además atesora un invernadero que era la niña de los ojos de esta condesa – jardinera. Pero de momento, y hasta que el Ayuntamiento lo remedie, no deja de ser un proyecto.
Un Madrid Distinto está ahí afuera, esperando que lo descubras.