A pesar de que estaba previsto que su llegada se produjera en apenas diez días —el 1 de noviembre iba a llegar el contenedor marrón al distrito Centro—, finalmente parece que los residentes de la zona centro deberán esperar hasta septiembre de 2020 para poder arrojar sus residuos.
El centro de Madrid será, por otro lado y a partir del 1 de diciembre, la única ubicación de la capital que no tenga este servicio. A partir del mes que viene, Fuencarral-El Prado, Retiro, Moratalaz y Usera contarán con un nuevo contenedor. Un mes más tarde serán Salamanca, Chamartín y Barajas quienes lo tengan.
Uno de los problemas que se aducen es el de la falta de espacio: no todos los edificios del centro —recordamos, muchos de ellos de una antigüedad superlativa— se pueden adaptar a sumar un cubo adicional. Mientras tanto, otras zonas de la ciudad llevan casi tres años con este cubo.
El cubo marrón, huelga decirlo, será receptor de restos de comida, de posos de café, de corcho, cerillas y serrín, de papel usado y de restos de jardinería. El cubo naranja, por su parte, quedará para recibir pañales, toallitas, colillas, pelo, excrementos de animales, arena de gato, chicles y el polvo recogido tras barrer.