En Madrid puedes encontrar tiendas que solo venden calcetines, restaurantes que solo sirven patatas fritas, beber leche de pantera o tomar huevos de avestruz. Es decir, en esta ciudad se puede encontrar casi cualquier cosa. La prueba de ello es que Madrid es una de las pocas ciudades en las que encontrarás estos trabajos:
Vendedor de romero
Las aptitudes necesarias para desempeñar esta labor: son don de gentes, voz muy potente, mucha creatividad, paciencia y una capacidad innata para leer el futuro y determinar cuan cuantiosa será la estirpe de tus clientes.
Recolector de sonrisas
Los hay con chalecos de todos los colores y abundan en las calles principales de la capital, sobre todo en la calle Fuencarral. Tienen el cielo ganado por su paciencia y su perseverancia, ya que tienen que lidiar con la constante negativa de las personas a las que les «recogen sus sonrisas». No les odiéis, es su trabajo.
Cabra loca
No sabemos si se trata de un ser mitológico o hay una persona de carne y hueso bajo el disfraz. De lo que sí estamos seguros es de que causa más miedo que agrado a quiénes se atreven a acercarse a ella. Su mirada perdida y su contoneo tienen en alerta a toda la Plaza Mayor.
«Animadores» de Sol
Muchos nos hemos quedado anonadados ante las peleas entre Dora la Exploradora y Bob Esponja, pero pocos nos hemos parado a pensar el calor que deben pasar bajo esos enormes trajes las personas que los llevan…
Fabricador de poemas
Lo podéis ver cada domingo en El Rastro junto a su máquina de escribir y su lema: «Tú me das el tema, yo escribo el poema». Nos parece tan romántico y bohemio…