No hay dos formas iguales de pasear tu amor por Madrid. Las hay de mil maneras y mil colores, y hay quien decide tatuárselo, no sea que se le olvide. La red está llena de ejemplos de tatuajes absurdos así que, puestos a elegir, llevar Madrid para el resto de tus días contigo parece una de las mejores ideas.
Al menos, es un amor que sabes que nunca te traicionará. No como aquel gato que te regaló tu ex.
Una chulapa y su chulapo viendo juntos el Atleti. ¿Puede haber algo más castizo?
Solo te tatúas algo en el pecho si lo sientes mucho (muchísimo). O si no te queda otro hueco libre.
A ese tatuaje le faltan guiris con paloselfies alrededor.
Por alguna razón que no entendemos, el metro es un signo de identitad madrileña muy fuerte. Será por lo bien que huele a las 15.00h.
Un servidor se lo tatuaría solo por acordarme de El día de la bestia cada vez que me mira la pierna.
Así se quedaría mi madre, de piedra, si me viera con la Cibeles tatuada en la espalda.
¿Veis? Otro amante del metro.
Sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar las 20.000 pesetas.
Después de todo el tiempo que hemos pasado juntos, qué menos.
¿Chulos? ¿Los madrileños?
Como para olvidarlo.
Esto sí que es un Madrid a todo color.
Una parte de tu parque favorito siempre contigo.
Madrid, las piezas de un puzzle.