
Ah, la fauna madrileña. Podrían escribirse hojas y hojas sobre sus seres, costumbres y ecosistemas. Resulta muy difícil catalogar las especies y subespecies que habitan la ciudad, aunque sus hábitos fiesteros son un gran indicador ¿Qué beben? ¿Cómo visten? ¿Con quién salen? ¿Por dónde?
Para responder a esta última cuestión, hemos contactado con los mejores expertos de la noche que hemos podido encontrar (en el metro, un sábado a las seis de la mañana) para que nos expliquen cuáles son sus zonas de fiesta predilectas. Con afán periodístico y unas cuantas copas de más, recopilamos la información y aquí tenemos este breve pero juerguista post. Quizá aún no sepas dónde pinchan tu música favorita, así que presta atención:
Si llevas gafas de pasta sin cristal
Bienvenidos a Malasaña, la tierra de los zapatos ortopédicos, las barbas de marino y la ropa de hace décadas. Las cervecitas (artesanales, eso sí) se toman en la Fábrica Maravillas y después, a petardear a la Vía Láctea. Si sobra un poco de noche, seguro que conoces a alguien que tenga listas en el Ocho y Medio. Los habitantes de este lugar miden su prestigio en función del número de grupos “nisu” que conocen y de quién tenga la camisa más abotonada.
Si sabes que Ramones no es una marca de ropa
Es probable que en tu adolescencia tuvieras el pelo largo o las uñas pintadas de negro y que aún conserves tu primera camiseta de Metallica. Si así es, puede que te identifiques con ellos. Gustan de consumir bebidas con nombres tan divertidos como leche de Brontosaurio o Triceratops, visten de tonos oscuros aún a 30 grados a la sombra y versionan a Led Zeppelin con su grupo de colegas. Se mueven por los Bajos de Argüelles (que tristemente, cada finde pierden su esencia) y garitos esparcidos por la ciudad como el Leyenda, el Lujuria o el Wurlitzer.
Si sales de fiesta en chándal
Si tienes a un Pitbull tatuado en la pierna y unas cuantas estrellitas en el brazo, te moverás por Fuenlabrada, Vallecas o Parla. Son seres que no salen del barrio y cuando lo hacen, es para “liarla parda”. Viven en raves, botellones y en el baño, su estudio fotográfico casero. Su Meca discotequera se llama Fabrik.
Si eres de los de Hakuna Matata
Buen rollo, buen rollo siempre. Todo va bien, bro. Les gusta la música que transmite buenas vibraciones y no necesitan animarse con alcohol, hay otros medios. En Lavapiés, zona frecuentada, tienen el bar El Ocho y el One Love, donde pueden mover la cabeza lentamente a ritmo de reggae. En La Boca Club también tienen sesiones de funky, jazz fusion, ska y soul.
Si solo bebes primeras marcas
Sus fines de semana no cuestan menos de 40€, no reparan en gastos. Se criaron en Elite Club, donde cuenta la leyenda que pinchaban el Cara al Sol (una vez fui y como mucho pusieron El Imperio Contraataca, de Los Nikis). Antes de comenzar la juerga cenan en un gastrobar con unos vinitos y después, a una discoteca grande en condiciones, como el Teatro Barceló, Gabanna o Art Decó (de esas en las que no se puede entrar con zapatillas).