No se tú, pero cuando nosotros éramos pequeños, saber que tras venir del cole nos esperaba un plato de lentejas o de garbanzos nos terminaba de fastidiar el día. Si nos hubieran dicho que con el paso de los años amaríamos esta legumbre y que hasta se convertiría en nuestro plato fetiche, no nos lo habríamos creído. Eso sí, aunque hemos aprendido a apreciar el cocido, nos referimos a la versión triturada de los garbanzos, el hummus. Tiene tantas posibilidades como nosotros ganas de comerlo mientras escribimos estas líneas. Eso sí, no nos conformamos con uno comprado, por eso nos hemos puesto a buscar los mejores lugares para tomarlo:
La Hummusería
Es algo así como el templo de la versión triturada de esta legumbre. La distribución y decoración del local nos encanta (parece una especie de cabaña-casa árbol), pero además, sus hummus están de rechupete. Se sirve caliente y acompañado de pan pita y hay varios tipos con nombres de lo más variopinto. Te recomendamos el que lleva piñones, porque el contraste de éstos con el hummus es una gozada. También tienen ensaladas y tapas que van cambiando cada semana. ¿Lo mejor? Que comes bien y encima, super sano.
C/ Hernán Cortés, 8
Ástor gastro-place
¿Hummus rosa? Sí, porque lleva remolacha y no sabéis lo bien que casan estos dos… Además de que cuando lo ves, realmente piensas que es bonito, está de rechupete. Es suave y percibes perfectamente los dos sabores. Además, el local también nos encanta. Tiene luces tenues y es muy elegante, por lo que es ideal para ponerte romántico (con tu pareja o con el hummus).
C/ Almendro, 9
La Cocina del Desierto
El local está tan bien ambientado que hay zona para comer en el suelo, como si estuvieras en mitad de cualquier ciudad de Marruecos. Aunque su cuscús es demasiado «ok», su hummus se hace hueco en nuestra lista y en nuestro estómago a golpe de pan de pita. Es el clásico, pero va acompañado con salsa de sésamo y con su aceite por encima. Como cualquier clásico, no defrauda.
C/ Barbieri, 1
Zaperoco Gastrobar
Aunque nos parece un poco caro respecto a la cantidad que sirven, su hummus con guacamole nos hizo pensar «¿cómo no se nos había ocurrido antes?». No hace falta que os digamos que el resultado de mezclar dos cosas buenas es… ¡La leche! Lo sirven con chips tipo nacho (deberían poner alguna más, porque se quedan cortas para poder dipear). Una combinación explosiva.
C/ Luchana, 37
Loving Hut
«Mamá, me gustan los garbanzos con espinacas». Harás muy feliz a tu progenitora si le dices eso y es que es lo que te va a pasar cuando pruebes esta versión verde de este manjar. En este restaurante se toman muy en serio lo de desmitificar que la cocina vegana tiene que ser aburrida o sosa y la mejor prueba de ello es su hummus con espinacas. En serio, está para chuparse los dedos.
C/ Reyes, 11