
La trama del Cantar de mio Cid es algo menos épica que la del manuscrito del siglo XIV que contiene la historia y las peripecias de Rodrigo Díaz de Vivar, ese caballero medieval que perdura en la memoria colectiva a través de la cultura tradicional y los libros de texto de secundaria.
Ha pasado por manos privadas, conventos y cámaras acorazadas. Hasta 1960 no fue a parar al hogar más apropiado para una joya literaria como esta: la Biblioteca Nacional de España, que mantiene el libro original apartado del público para asegurar su conservación.
La Biblioteca Nacional expone el Cid primigenio en junio, pero solo hasta el día 22, con motivo de la exhibición Dos españoles en la historia: el Cid y Ramón Menéndez Pidal.
Esta es una oportunidad única para observar la letra gótica escrita a mano y las hojas amarronadas (por los reactivos utilizados sobre el códice siglos atrás) de las 74 páginas del Cantar de mio Cid, una obra clave para las letras españolas. A partir del día 22 el libro volverá a las profundidades de la biblioteca y en su lugar quedará un facsímil.
Consulta toda la información en la web de la Biblioteca Nacional.