Las fuertes rachas de viento son un peligro real en el Retiro. Ha pasado poco más de un año desde la muerte de un niño pequeño por la caída de un árbol en un día muy ventoso de la capital. Aunque el parque se iba a cerrar para evitar accidentes como este, la familia no fue avisada de forma efectiva.
El Ayuntamiento ha puesto en marcha una serie de medidas de seguridad especiales para los días de viento, como la instalación de aparatos de megafonía, pantallas y carteles en los jardines con el objetivo de agilizar la difusión de los anuncios de evacuación cuando sea necesario.
Por otra parte, ya no solo se medirá la velocidad del viento para medir el nivel de peligro: a partir de ahora se obsevarán también la temperatura y la humedad del suelo, ambos factores que condicionan el desprendimiento de árboles y ramas.
El personal del Retiro se reforzará con la presencia de cinco nuevos vigilantes y dos jardineros especializados en arboricultura. Además, se habilitará una centralita de comunicaciones a disposición de los empleados.
Cuatro niveles de alerta
Un código de colores medirá el nivel de peligro en el Retiro los días en que las condiciones climáticas sean adversas.
El color verde señalará que la situación es normal, mientras que la alerta amarilla supondrá el cierre de algunos puntos (los jardines de Cecilio Rodríguez, las zonas de juego infantil y las áreas destinadas a mayores y a actividades deportivas).
El nivel naranja suspenderá los eventos al aire libre, además de mantener las prevenciones del código amarillo.
La alerta roja llevará al desalojo del parque. Cuando el Retiro cierre por esta situación, todos los demás parques históricos harán lo mismo.