Todo aquel que ha pasado por un aula ha experimentado la sensación de que la manera en la que se enseña una materia puede ser decisiva a la hora de enfrentarse a ella: el mismo temario puede resultar estimulante o tedioso en función de cómo se exponga. Algunos ejemplos se pueden encontrar en plataformas como TikTok, donde cuentas como @Wolf_Science, de un profesor de ciencias, se han hecho muy populares al servirse de experimentos para explicar conceptos complejos más allá de los libros de texto.
Con ese convencimiento como premisa, el de que el «cómo» es importante, nace el Espacio Matemático de Madrid (EMMA): un proyecto que abrirá en el IES Gabriel García Márquez de Leganés de la mano de la Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas Emma Castelnuovo, con la colaboración de la Comunidad de Madrid a través de la Consejería de Educación.
Su nombre es un juego de palabras: es al mismo tiempo acrónimo y homenaje. Acrónimo del espacio que está por nacer y homenaje a Emma Catelnuovo, una matemática italiana que consideraba que había que acercar las matemáticas manipulando, y lo hizo con una didáctica innovadora para su época. Un espíritu que comparte la sociedad que hoy lleva su nombre.
El germen del proyecto
La Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas Emma Castelnuovo se fundó en 1991 y ya entonces un grupo de profesores empezó a crear materiales divulgativos, dentro de un movimiento didáctico que tuvo lugar durante esos años.
En el año 2000, declarado Año Mundial de las Matemáticas, se organizó una exposición bajo el nombre «2.000 piezas», que es el germen de EMMA. Todos esos materiales estarán en este nuevo espacio «y la idea es ponerlos de alguna forma al servicio de la educación y la sociedad«, explica Puri Montesinos, coordinadora de EMMA.
¿Cómo será EMMA?
Según los impulsores del proyecto, EMMA será un «espacio lúdico y expositivo que va a funcionar, en principio, para escolares y profesores de primaria y secundaria«. Cuenta con una sala grande de exposiciones en la que se diferenciarán varios «rincones», la forma en que ellos denominan a los distintos grupos de materiales de cada temática que se pueda trabajar.
En cada uno de esos rincones hay seis o siete actividades: desde demostraciones del Teorema de Pitágoras a través de puzzles hasta un rincón de la proporción áurea u otro para trabajar la simetría con espejos. En total, cuentan con más de 2.000 materiales didácticos manipulables.
Por otro lado, dispone de dos aulas-taller con una capacidad para 30 personas cada una situados en la planta baja del edificio, garantizando la accesibilidad a personas con movilidad reducida. Una de las aulas estará destinada a juegos de estrategia y cálculo mental y el otro a talleres con Tangram y el estudio de geoplanos.
La idea, según explica la coordinadora del proyecto, es que las actividades las puedan dirigir los profesores acompañantes con sus alumnos de forma autónoma. Y para ello, y al tratarse de algo tan novedoso –no hay otro espacio de estas características en la Comunidad, señala–, la manera en que lo plantean es mediante una visita previa de esos docentes al centro para conocer los recursos disponibles y que puedan sacarles el máximo partido.
Para Puri es importante señalar que no se trata de un museo: «No es una cosa de ir y ver. Es un espacio de ir y manipular. Aquí, a diferencia de en un museo, todo se puede tocar«. En el futuro no descartan la posibilidad de abrir también al público general que esté interesado en el mundo de las matemáticas, pero de momento el convenio solo contempla actividades para la comunidad educativa.
‘Matemáticas en la calle’: una feria de la ciencia
La Sociedad Madrileña de Profesores sí que organiza por su cuenta actividades para todo el público, como es el caso de Matemáticas en la calle, una actividad que se realiza anualmente en primavera en Fuencarral desde 2017 en colaboración con la Junta de Chamberí y que está abierta a todo el público que quiera asistir: abuelos, niños, familias…
«Organizamos juegos, retos… y tiene muchísimo éxito. Ahí es donde realmente vimos que era importante contar con materiales y que no hay tantos sitios donde se pueda llevar a los alumnos a que aprendan matemáticas de otra forma. Había que crearlo», dice Puri.
Para ella el miedo a las matemáticas «te lo quitas cuando te acercas a ellas»: «Con los materiales la gente se quita el miedo a razonar, a pensar, manipular, a hacer estrategias», apunta. «Las matemáticas de papel y lápiz son importantes, pero hemos comprobado que se pueden trabajar los mismos conceptos de forma lúdica y aprenden más porque lo afrontan ellos por sí mismos».
Entre sus objetivos está acercar y hacer accesible esta disciplina a todo el mundo, convertirlo en un espacio vivo y dinámico, difundir la cultura matemática y aumentar la pasión por la materia. En definitiva: demostrar que otra forma de aprender (y enseñar) matemáticas es posible.