Dicen que los orígenes de la empanada se remontan a la época de los Persas, antes de Cristo, pero que fueron los Griegos los que introdujeron la masa de la empanada en Occidente. Fuese quien fuese, a nosotros nos dicen empanada y nos viene a la cabeza Galicia (al menos, en Madridistinto es así) y de tanto ponernos a buscar sus orígenes, nos entraron tantas ganas de comernos una, que nos pusimos a buscar las mejores empanadas de Madrid:
- Pan de azúcar: es una tienda de productos artesanales gallegos que recibe pedidos incluso de fuera de Madrid. Tienen hasta 19 tipos de panes (pero si queréis alguno especial os recomendamos que lo encarguéis, porque suelen quedarse sin existencias). Lo mismo ocurre con las empanadas. La de pollo y la de zamburiñas nos encantan.
C/ Ayala, 112
- Casa Leiro: queso de tetilla, Albariño, pan hecho en horno de leña y, por supuesto, empanadas. Aunque no son preparadas por ellos mismos, se las traen directamente de Galicia y están muy conseguidas. Sobre todo la de tocino y chorizo o la de bacalao. También tienen cerámica y artesanía gallega.
C/ Hermanos de Pablo, 24
- Productos Zabala: lo único malo de este lugar es su horario, ya que solo abre de 6:30 a 14:00 de lunes a sábado, por lo que está complicado pasarse por ahí entre semana y los sábados tiene unas colas impresionantes, pero al mismo tiempo, eso es señal de lo buenas que están sus empanadillas. Las hay en versión hojaldre o de pan e incluso al estilo brioche. Aún no sabemos cuál es nuestra preferida, pero la de atún y queso Philadelphia está de rechupete.
Pso. Perales, 4
- Trenque Lauquen: las empanadas de este restaurante no son de origen gallego, pero no podíamos resistirnos a incluirlas. Son las típicas empanadas criollas de Argentina y las tienen rellenas de mozzarella, espinacas o carne (a cuál de ellas más buena). Están muy crujientes y eso se debe a que las hornean a diario. También tienen unas pizzas riquísimas y con ingredientes originales.
Av. Menéndez Pelayo, 41
- El Cambalache: esta cafetería pequeñita y con encanto también ofrece un viaje a Argentina solo con un bocado a alguna de su empanadillas. El olor al pasar por la puerta es tan irresistible que es difícil no caer en la tentación y más aún si te paras a leer los rellenos: tomate seco y provolone, ternera con pasas, cuatro quesos o una bastante original: calabaza con espinacas. Un sabor que no deja indiferente, pero sí con ganas de más.
C/ Espíritu Santo, 28