En la era de los teléfonos móviles y las exposiciones y experiencias nacidas por y para Instagram, los lugares en los que no se permiten las fotografías y los vídeos son una quimera, un reducto de resistencia. Ese era el caso, hasta hace unos días, de cualquiera de los espacios pertenecientes a Patrimonio Nacional.
Desde el pasado 21 de abril, sin embargo, la institución ha anunciado que permite fotografiar todos sus espacios siempre y cuando estas instantáneas sean para uso personal. El objetivo principal de esta medida es «conectar con las nuevas generaciones e incrementar a través de imágenes la difusión del rico patrimonio histórico, cultural y natural de nuestro país», como indican desde la propia institución.
Ciertos espacios ya habían dado este paso de manera «experimental» en Madrid, como es el caso de la Galería de las Colecciones Reales y el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Entre los edificios monumentales que abren sus puertas a las cámaras fotográficas y a los clics de los móviles por primera vez, se encuentran el Palacio Real de Madrid, el de Aranjuez y el de Pardo.
Eso sí, en aras de mantener la «conservación, fluidez y comodidad de la visita así como la seguridad de todos los turistas«, que son las prioridades del organismo, se establecen una serie de normas para tomar estas fotografías siendo respetuosos tanto con las obras y la historia que nos rodea como con el resto de visitantes.
Cómo hacer fotografías en los espacios de Patrimonio Nacional
Las limitaciones son las siguientes:
- Se prohibe el uso de flash.
- No se pueden usar elementos estabilizadores (olvídate del palo selfie y, por supuesto, de los trípodes).
- Se debe respetar la intimidad de los trabajadores de Patrimonio Nacional, que no podrán ser fotografiados.
- Existen zonas que seguirán manteniendo la prohibición (como el Panteón de Reyes del Monasterio del Escorial).