Dicen que quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Pero quien verdaderamente posee el mayor botín es quien tiene pueblo. Da igual si es costero o de montaña, el caso es que ahí tienes el pack completo: amistad, tranquilidad, fiesta y en definitiva, algunos de los mejores momentos para recordar en un futuro.
Si eres de los afortunados en tenerlo, sabes perfectamente de lo que hablo, pero si no, has de tener en cuenta que siempre habrá un vacío dentro de ti. De pequeño nunca fantaseaste con que tu municipio apareciese en el Grand Prix (porque sabías que Madrid nunca lo haría) y tampoco acabaste bailando Paquito el Chocolatero con medio pueblo en la plaza principal. Eso hay que cambiarlo y si no tienes amigos que te adopten en sus respectivas aldeas, no sigas esperando.
Este finde nos vamos a San Lorenzo de El Escorial para que puedas sentir de cerca lo que es veranear en un pueblo. No hay excusas para no unirse al plan. Es barato, puedes ir en transporte público y… ¡Están de fiestas!
Desde el miércoles 9 hasta el martes 15 podrás desarrollar ese instinto de supervivencia que aflora en las fiestas y aunque el de la panadería de abajo no te conozca de toda la vida, te preguntará eso de ‘¿Y tú de quién eres?’.
¿Por qué visitarlo? San Lorenzo está a tan solo 47km de Madrid y se puedes llegar a él en coche, tren o autobús. Tiene uno de los monumentos más impresionantes que hayamos visto y no lo decimos solo nosotros, ya que su Monasterio (mandado a construir por Felipe II en el siglo XIX) fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984. Además de ese título, esta población también posee el de Bien de Interés Cultural en la categoría de Territorio Histórico o Sitio Histórico desde 2006.
A parte de esa imponente construcción, también puedes visitar la Silla de Felipe II, donde hasta hace poco se creía que se sentaba el rey para ver el avance de las obras del Monasterio (aunque en realidad fue un altar de ofrendas), la Casa de Infantes o el Real Coliseo de Carlos III (conocido como La Bombonera).
Para mimetizarse por completo con el pueblo también ha que conocer su gastronomía y aunque en San Lorenzo sirven uno de los mejores cocidos de la Comunidad, en el Charolés, quizá no sea la mejor época para degustarlo. Lo que sí te va a entrar sin problema es alguna de las carnes típicas de la zona, como el cordero asado, el solomillo, el estofado de rabo o el morcillo. Y no te olvides de dejar hueco a sus frutas de sartén o la tarta de natas. No te preocupes por las calorías, porque las vas a quemar en las verbenas de las fiestas.
Sus fiestas son como esa bebida gaseosa cuyo nombre no quiero pronunciar: para los altos, para los bajos, para ellos, para ellas, para mayores, para jóvenes. Para todos. Campeonatos de petanca, fútbol, clases de aerodance, reparto de churros con chocolate y concurso de tortillas (nuestra parte favorita). También habrá actuaciones de magia, coro de niños, pasacalles, cabezudos… Y como no, verbenas. Si quieres saber todo lo que habrá, puedes consultarlo aquí.
Ya no volverás a frustrarte cuando tus amigos te digan que no sabes lo que es pasar un verano en el pueblo…