El hecho histórico que ha supuesto la nevada del fin de semana se puede medir de distintas formas: en centímetros de nieve, en paralización de una ciudad, en cierre de comercios, en número de arboles que han sufrido desperfectos, en familias afectadas por el temporal. También gente bailando la Macarena en Sol, infinidad de muñecos de nieve repartidos por toda la ciudad o la ciudad convertida en una pista de esquí sin forfait.
Pero como si de un mosaico se tratara, como si todas las imágenes mencionadas en el párrafo anterior fueran individualmente una tesela, puede ser que alejarse sea necesario para entender la dimensión de la nevada en Madrid. La dimensión es toda una ciudad (toda una región, en verdad) teñida de blanco.
El satélite Copernicus Sentinel-2, de la Agencia Espacial Europea (ESA), sacó una foto desde el espacio, probablemente desde el lugar más lejano desde el que se podía fotografiar a Madrid. La foto, que parece en blanco y negro, es a color. Y es impresionante.