La Movida Madrileña es esa época que incluso aquellos que no la han vivido suspiran al recordar. Fueron años cargados de reivindicación y que además, estuvieron marcados por un gran movimiento contracultural del que hoy aún podemos disfrutar, ya que durante estos años, Madrid vio surgir a artistas de diferentes sectores.
Pero no podemos negar que en este período también hubo un lado sombrío, que aunque no estuvo marcado por los excesos y las drogas exclusivamente, sí que vio como la vida de diferentes figuras de la cultura musical y el ámbito del cine y el teatro perdían sus vidas.
Enrique Urquijo
Enrique fue, junto con el resto de componentes de Los Secretos, uno de los precursores de La Movida con su ‘Concierto homenaje a Canito’ el 9 de febrero de 1980. Algunos de los temas de este madrileño, como ‘Déjame’ forman parte de la historia musical de nuestro país y su muerte es una de las más trágicas de las que aquí mencionamos, ya que fue hallado sin vida en el barrio de Malasaña el 17 de noviembre de 1999 , concretamente en el número 23 de la calle Espíritu Santo, por una sobredosis. Tenía 39 años.
Eduardo y Eugenio Haro Ibars
Los estragos de la época marcaron a la familia Haro Ibars, ya que ambos hermanos fallecieron a causa del sida. Eduardo fue uno de los escritores más representativos de La Movida y todo un pionero en la reivindicación del movimiento gay. Murió el 16 de agosto de 1988 a los 40 años. Pocos años después, el 13 de abril de 1991, su hermano Eugenio (ex guitarrista del grupo Glutamato Ye-Yé) fallecía a causa de la misma enfermedad con 33 años.
Antonio Flores
Las letras de este cantautor son como leer una autobiografía con banda sonora. Llena de historias, vivencias, amor y poesía, su carrera musical le llevo hasta conseguir el disco de oro (con su álbum ‘Cosas mías’). El arte corría por sus venas, pues provenía de una gran familia de artistas encabezada por Lola Flores. Le encontraron muerto el 25 de mayo de 1994 en su casa familiar de Madrid. Falleció catorce días después de su madre por una sobredosis de barbitúricos y alcohol. Tenía 33 años.
Tino Casal
Fue una de las figuras más originales de la movida madrileña por sus looks, cargados de colores y formas de lo más estridentes. Desde la redacción queremos tomarnos la licencia de decir que fue el David Bowie español, pues se adelantó (más aún) a la época que le tocó vivir. A día de hoy, todavía se sigue versionando su ‘Eloise’ y su ‘Embrujada’ con el mismo éxito que tuvo al inicio. La mala suerte le llegó el día 22 de septiembre de 1991, ya que fue el único en perder la vida en el accidente de tráfico que sufrió con sus amigos cuando volvía de fiesta de la discoteca Voltereta. Tenía 41 años.
Eduardo Benavente
Lideró una de las bandas de culto de la época, Parálisis Permanente, pero también fue batería de Alaska y los Pegamoides. Su muerte fue una de las más impactantes de la época, ya que falleció con tan solo 20 años el 14 de mayo de 1983 en un accidente de coche. Regresaba de un concierto en la Sala Tropicana de León.