A Álvaro Lafuente (Benicàssim, 1997) Madrid le suena a Boccherini. Reconoce que ha aprendido a quererla cuando la ha tenido lejos y que lo que más le gusta de la capital es «comer y que se respira un ambiente diferente en la calle, como muy amigable, que te da la bienvenida y te hace sentir parte de».
Lafuente te traslada a su mundo cuando habla y también cuando canta, bajo el nombre de Guitarricadelafuente. El suyo es un mundo pausado, de una juventud congelada en el recuerdo de los veranos que no acaban y construido con un lenguaje propio. Y, sobre todo, es una amalgama y una vuelta a los orígenes: el cruce entre sus raíces aragonesas y valencianas le hace tener el corazón en Cuevas de Cañart, el pueblo turolense de su abuela paterna –de apenas 70 habitantes–, y la mirada puesta en un mar que le vio crecer mientras escuchaba el FIB desde su ventana.
Hablar de sus orígenes es mucho más que un mero apunte biográfico: su música le debe mucho a unas raíces que explican, en gran medida, el universo sonoro que se empezó a fraguar con un micrófono del Singstar –con el que grabó algunas de sus primeras canciones, como ‘El Conticinio‘– y con una cuenta de Instagram que resultó ser mejor escenario que un talent show. Ahora, ese camino recorrido se materializa en la carta de presentación que es su primer álbum, ‘La Cantera’.
Ya en tu nombre artístico y en tus letras se ve la huella de unas raíces que van desde la tierra del FIB o el Rototom hasta las verbenas de pueblo, ¿cómo han influido en tu música?
Bueno, pienso que Benicàssim me ha dado un cierto tipo de cultura musical. De pequeño escuchaba el FIB desde mi ventana por las noches cuando no me dejaban ir y de adolescente conocí grupos de indie británico como Arctic Monkeys o The Kooks, que seguramente podría haber conocido de otra manera, pero ahí te lo servían en bandeja. Y por el Rototom han pasado muchos nombres: Manu Chao, Residente… Al final ha habido una amalgama de músicas que han rodeado el pueblo que te calan de alguna forma, las llevas dentro.
Y luego sobre todo Aragón, porque toda mi familia es aragonesa. He sentido mucho esa vena musical que es lo que ha ‘desencadenao’ este primer álbum y que para mí era muy significativo, porque representa mi origen y la música que me ha acompañado siempre.
Si le diésemos al play a una lista de reproducción de los artistas que más te han marcado, ¿qué nombres aparecerían?
Te diría que me cuesta el destacar a alguien en concreto, pienso más en géneros que en artistas. Para mí es evidente que la música tradicional y el folklore en toda su representación (no solo la música, sino también las imágenes y las historias), me han marcado mucho a la hora de escribir y de hacer música. Por eso a la hora de hacer este disco quería unir tanto el folk latinoamericano como el de aquí. La necesidad de unir estos dos lados del charco está muy vinculado con las canciones de ida y vuelta y la confluencia y el intercambio que ha habido entre Latinoamérica y España.
Siempre tengo de referencia gente que coge cosas del pasado o que se dan por hecho, experimentan y las convierten en algo diferente. Por ejemplo Bon Iver, Sufjan Stevens, Devendra Banhart –que utiliza mucho el folklore como su base–, Caetano Veloso, Violeta Parra, Chavela Vargas, Labordeta, Manu Chao, Blood Orange, Jamie xx… Todas estas influencias las tenía que plasmar a nivel sonoro y a nivel narrativo en el disco.
«Siempre tengo de referencia gente que coge cosas del pasado o que se dan por hecho, experimentan y las convierten en algo diferente», Guitarricadelafuente
Además de en lo musical también hay mucho mimo en los videoclips, en las imágenes, en todo el universo que evocan… Y referencias tan reconocibles como el ‘Duelo a garrotazos‘ de Goya.
Es algo en lo que me involucro mucho y como que me gusta tenerlo todo bien atado, que todo tenga su sentido y que cuando lo veas te exprese lo máximo posible y te lleve a ese mundo.
Yo siempre he sabido que quería buscar un camino artístico, y por eso en parte empecé arquitectura y diseño gráfico, pero me di cuenta de que no era lo mío. En esos principios cuando subía mis canciones al mismo tiempo elegía quién hacía mis vídeos, la gente con la que colaboraba, hacía yo mis portadas, mis carteles… Era algo que disfrutaba realmente y a día de hoy sigue siendo así: no lo hago yo pero estoy muy encima porque es algo que me encanta y poder combinar toda esta creatividad en un pack es apasionante.
Aterrizando en el nuevo disco: bebe de la música popular, del folklore e incluso hay guiños a la música clásica, como a la Danza Húngara Nº5 de Brahms en ‘Quién encendió la luz‘. ¿Qué otros géneros va a encontrar quien escuche tu nuevo disco?
De hecho hay alguna otra referencia, en ‘La Filipina‘ hay una melodía que la estamos haciendo ahora en los ensayos y en la que la canción se inspiró mucho, que es una pieza de Boccherini, ‘La música nocturna de las calles de Madrid‘. La tenía muy en cuenta a la hora de hacer esta canción porque la veo como una sintonía muy marinera.
Creo que el mar está muy presente sobre todo en esta canción que habla de La Filipina y de Aragón como de las antiguas colonias de España hace tiempo en ultramar, y ese intercambio se respira en la melodía inspirada en las noches nocturnas. Como toda esa ebullición de gente que ha pasado por aquí y las influencias que ha dejado.
Eso es muy Madrid…
Sí, total. De hecho creo que por eso cuando toco en Madrid siempre hay como mucha más… Se siente mucha más energía con el público porque es como una tierra de todos, de ‘refugiaos’ de cada parte, ¿no? En el último concierto que hice en Madrid antes de pandemia recuerdo cantar la ‘Albada’ de Labordeta, que es una canción que habla de echar de menos a tu tierra, de esa persona que ha partido y que sueña con volver y con homenajear a su tierra. Y dije: «Esta la canto aquí porque aquí en Madrid somos, sois, de todos los sitios».
«Madrid es como una tierra de todos, de ‘refugiaos’ de cada parte», Guitarricadelafuente
En ‘La Filipina’ también se escucha un fragmento de una jota y en ‘Antes de que quieras olvidar’ suena una melodía en inglés… ¿Qué otros guiños se han colado en el álbum?
En ‘Antes de que quieras olvidar‘ lo que suena es ‘Jarama Valley’, que era una canción del tiempo de la Guerra Civil española. Vinieron unas brigadas para luchar con el bando republicano, unos americanos, que se llamaban las Brigadas Abraham Lincoln. Fueron a luchar al valle del Jarama y cantaban esa canción [cantando]: «There’s a valley in Spain called Jarama…». Me parecía como un acontecimiento muy curioso que eso pasase, que viniese gente de fuera y que trajesen con ellos su folk y lo adaptasen en el contexto de una historia basada aquí.
Y en ‘Amanita‘ hay una referencia a la canción ‘Somos’ de Labordeta, que dice [cantando]: «Somos como esos viejos árboles, igual que espigas altas dispuestas para el pan». Es una de esas canciones que he escuchado de pequeño y sobre todo es como un canto de celebración a la gente que vuelve, ¿sabes? Cuando dice «qué bonito verte por aquí», como si fuese el canto de alguien del pueblo que se alegra de poder volver a esa persona que hace mucho que no ve o esa persona que sigue volviendo y que sigue abrazando su origen.
Y te tengo que preguntar por ‘El Mochuelo‘.
[Risas]. Bueno, el Mochuelo es el protagonista del libro de El Camino de Miguel Delibes, y son un par de citas de este libro. Me parecía que necesitaba incluirlo de alguna manera. Es un libro que me hicieron leer de pequeño en el colegio, y en su momento nos intentaron explicar la importancia que tenía, pero no se la di. Luego al retomarlo al cabo de los años lo vuelves a leer, lo ves en otro contexto y lo entiendes de otra manera.
Meterla ahí entre estas canciones le sumaba significado, porque al final el libro trata sobre un niño que vive en un pueblo de Castilla y toda la historia se desarrolla con él en la cama antes de dormir el día antes de que sus padres le manden a la ciudad a estudiar. Y durante toda la noche hace un repaso de todas sus vivencias en el pueblo.
Por eso esa cita me parecía como muy significativa, porque decía «seguramente en la ciudad se pierde mucho el tiempo, y quizá al cabo de 14 años de estudio no se acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o una boñiga de un cagajón». Es algo más reivindicativo que otra cosa: ¿por qué necesito irme de aquí y no puedo tener las mismas accesibilidades aquí que en la ciudad?
«Los mayores le dicen ‘La Cantera‘ a los chavales que bajan por la cuesta. Porque como ellos, volverán aquí a esta casa… a celebrarla». ¿Qué querías contar con este disco?
Pues lo que quería contar era una historia de juventud. Al final creo que aunque no de manera literal, están muchas de mis vivencias y hay muchas canciones que se han escrito en momentos muy especiales y que sobre todo han nacido allí, en Cuevas.
El título partió de un recuerdo de cuando era pequeño, porque cuando pasaban los niños los mayores decían «Mirad, esa cantera». Eran los canteranos, ¿no?, las futuras generaciones. Quería mostrar que hay un relevo generacional que toma como referencia el pasado y que tiene la vista puesta en él con respeto y como homenaje y toma las vivencias de sus antepasados para traspasarlas a la siguiente generación. Al final siempre hay una cantera, y siempre se está renovando.
A la hora de escribir las letras están muy basadas en las letras tradicionales, pero también me parece interesante pensar que estamos hablando como de un folklore actual, casi. Que se entiende el folklore como algo del pasado, pero ¿quién dice que las canciones pop de ahora no sean el folk de dentro de cien años? Que quien dice «Me fui a coger la garrafa de la fuente y te besé debajo del olivo» dice «Estaba yo en la parada del metro y te vi en el cuarto vagón y te pedí tu número».
«¿Quién dice que las canciones pop de ahora no sean el folk de dentro de cien años? Que quien dice «Me fui a coger la garrafa de la fuente y te besé debajo del olivo» dice «Estaba yo en la parada del metro y te vi en el cuarto vagón y te pedí tu número», Guitarricadelafuente
¿Crees que nuestra generación, que esta cantera, tiene los ojos especialmente puestos en el pasado frente a otras?
Yo sí que me considero nostálgico, no puedo hablar por el resto de gente. Pero al mismo tiempo pienso que no hay que tener la mirada puesta en el pasado, por eso la cantera es algo del futuro: el pasado está en la base pero hay que renovarlo y tiene que evolucionar y convivir con la actualidad.
¿Cómo se ha construido ese universo sonoro que has creado con tu productor Raül Refree [Rosalía, Sílvia Pérez Cruz, C. Tangana, Rodrigo Cuevas]?
Cuando empezamos el disco en diciembre de 2019 el planteamiento era hacer un disco acústico, a partir de guitarra y voz, como viniendo de donde yo venía, pero luego cuando estaba gestando las ideas y tenía todo puesto sobre la mesa dije «Vale, con todo esto y todas inquietudes, ¿qué hago?». Decidí que quería tomar el tiempo que fuese necesario y buscar otras maneras de hacer canciones y partir de samplers o del piano o de cosas más producidas.
Ha sido un lujo trabajar con Raül y nos quedan muchas cosas por hacer juntos. Creo que he aprendido muchísimo en todo este tiempo con él y que no tenemos ninguna barrera o miedo a probar todas las opciones posibles: hemos probado a hacer las canciones de maneras diferentes hasta que hemos elegido cada vez como la que tocaba, la que era.
Me siento un privilegiado por haber tenido el tiempo de experimentar, de descubrir todos los caminos hasta llegar a este, que no es tanto un camino sino una plaza donde bifurcan muchas otras veredas.
En tus canciones, ¿dirías que Cuevas de Cañart es un lugar físico o más bien un estado emocional?
Buah. Eh… Yo creo que es ambas, pero creo que es… ¿Cómo lo has dicho?
Un estado emocional.
Un estado emocional, eso. Yo creo que tiene bastante parte de estado emocional, porque al final tú no hablas de un lugar, de sus características físicas, ¿no? Tú hablas de las cosas que te traen a ese lugar y las vivencias que has tenido ahí y los recuerdos. Y cuando escribo es como que no hablo de historias que me han pasado ahí, sino de historias que me han pasado en toda mi vida en todos los sitios en los que he estado.
Pero creo que como punto de partida para tener coherencia todo tenía que volver allí y partir de allí porque es donde se han mezclado, en ese estado emocional, todas las ideas y la dirección musical del disco.
En una entrevista con ICON firmada por Miquel Echarri se refería a ti como «el trovador de la España vaciada». ¿Te sientes identificado con ese título?
Mmm… Con lo de trovador pues digo no sé, es bonito, es romántico. Con lo de la España vaciada… Creo que está muy presente en mí, pero no creo que sea representante de nada. Para mí es un tema muy delicado y creo que hay que verlo con optimismo, que todo se basa en luchar porque haya las mismas posibilidades o la misma calidad de vida en un pueblo que en una ciudad.
¿Musicalmente te llevas algo de Madrid?
Yo me vine a Madrid cuando empecé a hacer conciertos. Amo Madrid y lo tengo como guardado en el corazón por los recuerdos de ese momento de ilusión, como de pensar que está todo ante ti, que tienes todo por delante.
Y musicales tengo muchos recuerdos, de noches cantando y de todos los artistas que he conocido. Ahora que vivo en Barcelona he conocido a gente, pero cuando empecé a encontrarme con artistas fue aquí. Al final vinculas Madrid con el centro donde se cuece todo.
«Madrid lo tengo guardado en el corazón por los recuerdos de ese momento de ilusión, como de pensar que está todo ante ti, que tienes todo por delante», Guitarricadelafuente
¿Cómo vive Álvaro el éxito de Guitarricadelafuente?
Ha sido un salto muy grande, porque tu vida cambia notablemente y algo que soñabas muy dentro de ti se cumple cuando era algo casi inimaginable.
Cuando empecé a publicar mis canciones me las producía yo en casa y lo hacía de una forma muy casera. Realmente tuve bastante suerte. Empecé con mi proyecto de forma bastante inocente, sin esperar nada a cambio, y al final creo que siempre he seguido con esta actitud de hacer lo que me da la gana…
A tu manera.
A mi manera [risas], lo que me nace. Y si no es así… En el momento en el que estás haciendo algo que no te gusta como que no va a ser genuino, no va a salir, y qué sentido tiene, ¿no?