El primer paso para vivir el perfecto domingo castizo es ir al Rastro. Las cervezas, las tapas, la terracita y el sol vienen después. El aperitivo carece de sentido si no te has comprado un DVD de segunda mano o un piercing raro y es que es uno de esos sitios de los que es imposible volver a casa con las manos vacíos.
El Rastro es para todos, como decía aquel antiguo anuncio de bebida gaseosa: para los altos, para los bajos, para los feos, para los guapos, para él, para ella… Por eso es imposible no pasear por sus puestos sin agobiarse. Ni una lluvia de meteoritos conseguiría que la gente volviese a sus casas. Ir ahí es la típica idea que al principio parece buena pero cuando llegas y tardas media hora en recorrer 20 metros, no tanto.
Siempre pasa lo mismo. Te pones el despertador a las 9 para evitar morir ahogado entre sobacos y sudores ajenos y acabas saliendo de casa a las 12. Hay días en los que directamente ni sales, a pesar de que el sábado noche volviste temprano a casa porque querías ir al Rastro al día siguiente.
La semana pasada conseguí vencer ésa pereza y al igual que hice con el metro de Madrid, me puse el sombrero de exploradora y me dediqué a analizar esta fauna dominguera. Aquí os presento los resultados:
Puestos Punks
Si sales por la Latina es lo primero que te encuentras, se concentran alrededor de la boca de metro. Ahí están, con sus camisetas con la “A” de anarquía y sus banderas republicanas, vendiendo libros sobre comunismo, fanzines y discos de grupos con nombres muy divertidos: The Kagas, Calcetines Sudaos, Sexo Bucal sin Anestesia…Creo que no hace falta que cuente más.
Una camiseta para todo
Hay como dos o tres puestos que las venden con estampados de grupos de música (incluso de los anteriormente mencionados), de Pikachu, escenas de películas… Está de moda demostrar lo friki que eres con una camiseta de Hora de Aventuras pero más de moda está pillársela sin tener ni idea de lo que representa. Me acerqué a un adolescente que se estaba comprando una camiseta de “Los Pollos Hermanos” y le pregunté qué le había parecido Breaking Bad. Me contestó que no había visto la serie, que solo la quería porque le gustaba el dibujo.
Modernos, modernos everywhere
Si están hasta en la sopa ¿Cómo no iban a pisar el Rastro? Cada día alucino más con esta moda, parece que van disfrazados (Bueno ¿Qué tribu urbana no va disfrazada?) Los encontrarás en los puestos donde vendan las cosas más retro, vintage o raras del mercado. Es fácil reconocerlos, tienen el pelo mal teñido de rosa o azul, barba a lo Bin Laden y algunos llevan una camiseta de un grupo indie que en realidad detesta y que también ha comprado en el puesto.
Hay más elementos, muchos más. Padres con sus hijos (algunos modernos y punks), abuelitos y abuelitas comprando hilos y tapices, padres nostálgicos…Pero más variada que la fauna del mercado más famoso de Madrid es la cantidad de chismes que te puedes encontrar: desde máscaras de gas y cazadoras militares hasta cintas de video, pasando por cassettes, fundas de móvil y libros de segunda mano.