Los próximos miércoles 26 y jueves 27 de noviembre trabajadoras, estudiantes y docentes de las seis universidades públicas madrileñas (Complutense, Rey Juan Carlos, Carlos III, Autónoma, Politécnica y Alcalá de Henares) están convocados a una huelga general bajo el lema «Si no hay respiro para las universidades públicas, no habrá paz para quienes nos asfixian».
Quien convoca el paro es la Coordinadora en defensa de las Universidades públicas en Madrid (Cupuma), por «una universidad pública, gratuita, crítica y al servicio de la sociedad» ante una financiación insuficiente que amenaza ya no solo el futuro, sino también el presente de las instituciones educativas universitarias del ámbito público.
La situación, preocupante para todas ellas, ha llamado especialmente la atención en el caso de la Complutense –la universidad presencial más grande de España–, al publicarse hace unas semanas en El País que ya no puede ni pagar las nóminas a menos que reciba un crédito.
Sin embargo, en una nota de prensa emitida por el Vicerrectorado de Comunicación de la UCM, han querido enfatizar que su situación no es singular, sino que se enmarca «dentro de una realidad que comparten las universidades públicas madrileñas».
Como antesala a las protestas de los próximos días 26 y 27 de noviembre, desde este mismo martes y hasta el 21 de noviembre la plataforma convocante ha anunciado que se van a estar celebrando charlas y asambleas.
¿Por qué se convoca la huelga general?
Desde cuentas en redes sociales como la de Cupuma o la del Sindicato CGT de la Complutense han enumerado los motivos por los que las universidades públicas de Madrid irán a la huelga, los mismos por los que animan «al conjunto de la sociedad madrileña que cree en lo público» a participar en ella.
En primer lugar, por la ya mencionada infrafinanciación a la que se están viendo sometidas: la Comunidad de Madrid destina menos del 0,5% del PIB a la universidad pública cuando la ley exige que la inversión sea del 1%.
En segundo lugar, la protesta denuncia que esta asfixia económica tiene como fin la intervención de la universidad pública: privatizarla y convertirla en negocio. Por último, denuncian que el borrador de la Ley de Enseñanzas Superiores, Universidades y Ciencia (conocida como LESUC) «recorta financiación, autonomía y libertad de expresión».
Según un análisis del mismo publicado por CGT-UCM en abril de 2025 –que puedes consultar en este enlace–, su objetivo «es convertir la educación superior en un mercado del cual las entidades privadas puedan extraer beneficios a costa del derecho a la educación».
No se descarta una huelga indefinida

En el comunicado conjunto emitido por las universidades madrileñas no se descarta que la huelga sea indefinida: el objetivo es lograr la mayor movilización posible antes de que se aprueben los presupuestos en la Asamblea de Madrid a finales de año, y parar la tramitación de la LESUC.
Las universidades madrileñas –y particularmente su estudiantado– han protagonizado recientemente importantes movilizaciones sociales, como las acampadas del verano pasado en defensa del pueblo palestino.