La nueva Carretas, totalmente peatonal, cuenta con árboles y bancos para sentarse.
Han sido siete meses duros en el centro de Madrid. Para subir de Sol a la plaza de Jacinto Benavente, sede del teatro Calderón, había que fundirse con una masa humana más densa y lenta de lo habitual. Pero las obras ya están terminadas y la calle Carretas se ha convertido en patrimonio de los viandantes.
Las aceras de esta vía eran especialmente angostas e incómodas, pero eso se acabó: por aquí ya no pueden pasar más coches, por lo que Carretas ahora es un paseo más amplio y luminoso destinado en exclusiva a los peatones.
La que fuera una de las primeras calles pavimentadas de Madrid ha ganado en accesibilidad y buen gusto, y además contribuye a la reducción de ruidos y contaminación en el centro.
No solo será más fácil subir y bajar: también tenemos (por fin) un lugar donde sentarnos gracias a sus bancos de granito y de madera.
Para rematar, se ha realizado una mejora en la iluminación que elimina las zonas sombrías cercanas a Sol.