Lo que un día fue corriente hoy es patrimonio del pasado. Cabinas telefónicas, fachadas castizas y carteles de negocios de barrio resultaban habituales y anodinos hasta hace poco, pero hoy nos resultan artículos vintage y hasta históricos, dignos de ser protegidos.
El panorama visual de las grandes ciudades cambia a toda prisa, y por el camino se pierden los restos de lo que Madrid fue. Entre esos vestigios destacan, por su color y caligrafía, los viejos rótulos madrileños, que el colectivo Basurama ha recopilado en la exposición Paco Graco.
«En la última década, muchas ciudades se han unido a una tendencia de ‘limpieza urbana’ que ha decidido retirar muchos rótulos y carteles de las calles», se explica sobre la muestra. «Incluso el icónico cartel de Tío Pepe de la Puerta del Sol ha sido reubicado. Paralelamente a esa tendencia, las ciudades se han visto invadidas por decenas de franquicias y de tiendas de multinacionales, que aplanan la riqueza del paisaje callejero tanto como aplanan la economía urbana».
Son carteles del ayer que activan la nostalgia como un resorte: de gran tamaño, pintados con combinaciones cromáticas cuestionables, redactados con cada palabra en mayúsculas o con letra esforzada. Un día fueron normales, hoy son entrañables.
La exposición gratuita Paco Graco podrá visitarse en la Sala La Lonja del Centro Cultural Casa del Reloj (Paseo de la Chopera, 6, Legazpi) hasta el viernes 26 de abril.