No es muy descabellado –jaja– decir que abrir una hamburguesería en Madrid podría ser el equivalente a abrir una clínica de regeneración capilar en Ankara: la oferta es tan, pero tan vasta que (si la intención es destacar) la calidad de tu producto debe ser incuestionable. Valga esta introducción para presentar a La Martinesa, hamburguesería con un año de recorrido en Madrid –algo más en Vigo, en forma de foodtruck–.
La Martinesa, entonces y habida cuenta su año de antigüedad y de nuestra experiencia probando su carta, se erige en oferta gastronómica interesante. Y remite a una rara realidad ya señalada en el titular: todavía es posible sorprender en una hamburguesería.
¿En qué sorprende La Martinesa? Pues a ver, quizás sorprender no es el verbo. Puede que sea más adecuado decir en qué alcanza la excelencia. En ese caso y como respuesta a esa pregunta que nadie ha hecho, diremos que en una sugerente y atrevida oferta de entrantes –como los chupa chups de pollo o los pepinillos fritos–; en la variedad de hamburguesas vegetarianas –como la beyond o la de lentejas–; y en la calidad y la condición artesana de las salsas y en la calidad de la carne –casi podría decirse que e España hay tres distribuidores que merezcan la pena y Chato es uno de ellos–.
Pero lo verdaderamente elogiable de La Martinesa es que hacen su trabajo sin alardes ni presunciones de nada: en La Martinesa saben lo que tienen que hacer, lo hacen y les sale bien. No hay más historia.
Calle serrano 224
Todos los días de 13:00 a 16:30 y de 20:30 a 23:30..
Alrededor de 15€.