Si algo nos gusta de Malasaña es que tiene tal oferta gastronómica y cultural, que nos hace falta más de una vida para conocer. No solo es que haya miles de restaurantes y bares, sino que hay para todos los gustos. Malasaña es el único barrio de Madrid donde conviven lugares castizos, gastrobares y tiendas tan variopintas como algunas en las que solo venden palomitas de sabores. En una de nuestras últimas visitas al barrio tuvimos la oportunidad de hacer una visita a un familiar que vive en el número 19 de la calle Malasaña: La Tía Manuela.
Al igual que la mayoría de los restaurantes de la calle, tiene la típica decoración acogedora y moderna que te invita a entrar, pero nosotros os hablaremos de lo que más os interesa: su carta.
Muchos de sus platos tienen un toque de gastronomía italiana, desde las croquetas de mortadela hasta sus pizzas. Entre sus entrantes podemos encontrar cosas tan healthy como la ensalada de quinoa y otras, un poco menos sanas, como sus bravas hipster.
Empezamos con unos tomates dulces confitados sobre burrata de búfala y salsa de pesto, un entrante más que recomendable. La combinación de los sabores del tomate dulce con la burrata y el pesto fue todo un acierto.
A continuación, probamos una calabaza asada acompañada con crema de espinacas y espuma de queso, uno de los platos estrella de la casa. La verdad es que, a pesar de que no seamos unos enamorados de esta hortaliza, merece la pena probarla.
Como también queríamos probar el lado más italiano de La Tía Manuela, pedimos una pizza con queso de cabra, tomate seco y cebolla confitada, la cual no estaba mal, pero creemos que había mejores cosas en la carta para probar.
Rematamos con una hamburguesa de quinoa en la que todos coincidimos que no estaba mal, pero le faltaba sabor, ya que hemos probado otras hamburguesas veganas mejores.
Como bien sabéis, nunca perdonamos el postre por mucho que apriete el cinturón, así que optamos por una tarta de queso con un toque de cabra sobre toffee de naranja. Estaba buena, aunque el toque de cabra no se notaba apenas nada.
Después del atracón hicimos lo mejor que se puede hacer en la calle Manuela Malasaña después de cenar: ir al teatro Maravillas. ¿Existe una combinación mejor que la gastrocultural?
Fuente de foto de portada: Facebook de La Tía Manuela