El sector profetiza la desaparición masiva de sus locales por la gratuidad de los libros de texto.
La Comunidad de Madrid aprobó en diciembre un programa de préstamo de libros escolares que ahorrará a las familias tener que comprarlos todos los años. El beneficio para los consumidores está claro, pero la otra cara de la moneda dibuja un futuro desagradable para los comercios.
El gremio de libreros de la región cree que la iniciativa de libros de texto gratis será su ruina. Sus clientes pasarán a ser los colegios madrileños, mientras que las familias harán uso de unos «cheques-libro» para adquirir el material sin tener que pagarlos.
El secretario del gremio de libreros de Madrid, Pablo Bonet, estima que cerrarán 500 librerías en la región, la mitad de las que existen, con la introducción de esta medida.
Bonet se ha mostrado en desacuerdo con un decreto que ha dejado fuera al sector de las librerías. A su parecer, el programa es un «despropósito legal» que vulnera las leyes de competencia, puesto que se ha establecido un precio fijo de 150 euros por lote de libros que no sale rentable a los negocios. Además, el decreto no asegura que la compra de los manuales deba hacerse en las librerías de proximidad.
Los libreros no son los únicos descontentos con la gratuidad de los libros escolares. Distribuidores y editores se unen a la causa de las librerías.
El gremio de los libreros ha manifestado que protestará ante la Asamblea de Madrid si la situación no cambia.