Como se suele decir en estos casos: los libreros de la Cuesta de Moyano han recibido un balón de oxígeno en forma de exención en el pago de las tasas. Esta circunstancia nace como consecuencia de una de las medidas aprobadas en los Acuerdos de la Villa (recordamos: un consenso municipal histórico orientado a minimizar el impacto de la crisis del coronavirus).
Y es que los libreros de esta emblemática zona de Madrid hasta 2020 estaban pagando anualmente entre 3.000 y 10.000€ en función de la caseta. En la zona, por cierto, hay 30 puestos. Aunque uno de ellos es un Punto de Información Turística que le pertenece al Ayuntamiento de Madrid.
La Cuesta de Moyano recibirá esta ayuda cuando faltan cinco años para que cumpla un siglo de vida. Los primeros libreros que integraron esta emblemática calle eran hasta entonces vendedores ambulantes. Fue en 1925 cuando un grupo de escritores firmaron un documento para que tuvieran un espacio fijo: el Ayuntamiento les dio una caseta y desde entonces ahí siguen, vendiendo libros (no promoviendo la cultura ni repartiendo felicidad: cualquier negaría esa romantización de la profesión).